La Generalitat ya ha gastado 526 millones para paliar la sequía
El Gobierno intenta rescindir los contratos con los barcos que llevan agua a Barcelona
El coste de la sequía para Cataluña puede empezar a traducirse en euros: 526 millones hasta la fecha. Es el montante que la Generalitat ha invertido para paliar los efectos de la escasez hídrica, precisó ayer el consejero de Medio Ambiente, Francesc Baltasar. De ellos, 328 se han empleado en obras estructurales y 198 en actuaciones de emergencia. El importe no incluye el coste de los seis barcos que la Generalitat fletó para aportar agua a Barcelona: unos 53 millones, además de los 14 que se emplearon en adaptar los puertos de Barcelona y Tarragona para posibilitar el empalme de los buques a la red.
49 municipios del Alt Empordà siguen sin poder regar ni llenar piscinas
El tripartito rechaza conectar redes, pero la desalinizadora de Cunit hará esta función
La factura no termina aquí: la Generalitat está negociando con el armador de los buques la rescisión del contrato, que prescribe el 15 de agosto. "Aún no sabemos con qué cifra se cerrarán estas negociaciones", dijo Baltasar.
El consejero expresó sus cálculos -que luego la Generalitat se negó a desglosar- tras la reunión en la que el Gobierno catalán decidió levantar las restricciones para llenar piscinas y regar jardines. El tripartito acordó, además, pedir la derogación del decreto ley que permitía la conexión del Ebro con Barcelona.
Los acuerdos en el consejo de gobierno llegaron hasta aquí. El PSC y el mismo presidente de la Generalitat tuvieron que renunciar, al menos en parte, a sus aspiraciones de que la interconexión de redes se haga para evitar situaciones de emergencia en el futuro. Aunque algunos consejeros socialistas, como Joaquim Nadal, defendieron esta opción en la reunión del Gobierno, al final esta medida tuvo que disimularse ante las exigencias de Iniciativa y Esquerra, radicalmente contrarias a las interconexiones. El encargado de explicar estos equilibrios fue el ecosocialista Francesc Baltasar, quien aseguró que el Gobierno no prevé ningún tipo de interconexión. Con todo, afirmó que la desalinizadora que se construye en Cunit tendrá conexión con la red Ter-Llobregat y la del Consorcio de Aguas de Tarragona. Para Iniciativa y Esquerra esto no es una interconexión. El PSC, en cambio, considera que esta infraestructura supone conectar las redes, por lo que se da por satisfecho. Eso sí, evitará alardear de ello, pues no quieren más problemas con sus socios.
Las lluvias, que ayer siguieron cayendo y se prolongarán al menos hasta el viernes, también han dado un respiro a los regantes del bajo Ter. La Generalitatles ha levantado las restricciones, pero los alcaldes de la zona siguen molestos porque el río no recupera su caudal, pues el agua caída se queda en los embalses de Sau y Susqueda, informa Natalia Iglesias. Los alcaldes exigieron ayer que el Ter lleve a su paso por Girona al menos tres metros cúbicos por segundo, frente a los dos actuales. Más al norte la situación es peor: 49 municipios del Alt Empordà siguen sin poder regar ni llenar piscinas, entre ellos pueblos turísticos como Roses y Cadaqués.
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