"Odio que traten el libro como un producto"
Madrileño, de 45 años, Antonio Méndez es el dueño de una librería cercana a la plaza Mayor de Madrid. Hijo de un librero, siente fascinación por la lectura desde que era un niño y rechaza la mercantilización del mundillo literario.
Pregunta. ¿Por qué se dedica al negocio del libro?
Respuesta. Desde luego, le aseguro que no por motivos económicos [ríe]. No hay otra cosa que me guste más que leer. Por eso odio que traten el libro como un producto.
P. ¿Qué público tiene una librería pequeña como la suya?
R. Tenemos una clientela fiel, con un perfil que va de los 40 a los 75 años, repartida a partes iguales entre hombres y mujeres, y que lee más autores extranjeros y más ensayo que la media de lectores. Es gente que busca una atención personalizada.
P. ¿Cuál es el mayor problema del sector?
R. La superproducción que lleva a editar 70.000 títulos al año. Editar resulta muy barato y los editores prueban con muchos títulos para ver si aciertan con un éxito. Habría que editar menos y cuidar más el libro. Lo que ocurre es que parece difícil que alguien ponga el cascabel al gato.
P. Cada vez quedan menos librerías de barrio. ¿Aguantarán las que han sobrevivido?
R. Ojalá. Creo que el proceso de selección ha terminado y que los libreros independientes que hemos resistido seguiremos trabajando. Ahora bien, eso ocurrirá si se mantiene el precio fijo de los libros. La desaparición de esa norma significaría una amenaza para los pequeños libreros y editores.
P. ¿Cree que perdurará el libro tal como lo conocemos hoy?
R. Estoy seguro. La música y los libros no son comparables a la hora de analizar una crisis. Aparte del toque fetichista, el libro es un objeto muy práctico.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.