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Moratinos defiende la neutralidad de las tropas enviadas a Chad

El Congreso aprueba la nueva misión en África y la ampliación en Líbano

Miguel González

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, defendió ayer la "neutralidad" del contingente de 100 militares españoles que, a partir del domingo, se desplegará en Chad, frente a los recelos del portavoz de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares. Este último recordó que las tropas francesas, mayoritarias en la fuerza europea Eufor Chad-República Centro Africana, apoyaron al presidente Idriss Déby, frente a las tropas rebeldes que atacaron la capital en febrero pasado.

El primero de los dos aviones C-295 saldrá de Getafe la madrugada del lunes
El envío de un patrullero a Líbano obligará a reducir 100 legionarios

Moratinos replicó que la fuerza europea responde a un llamamiento del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para proteger al personal civil y facilitar la distribución de ayuda a los refugiados de la vecina región de Darfur.

Eso no quiere decir que la misión esté exenta de peligros. Moratinos calificó de "calma tensa" la situación en la zona y recordó que, desde el pasado 24 de abril, las Fuerzas Armadas chadianas están en "alerta roja", en prevención de una ofensiva rebelde antes de que empiece la estación de las lluvias. Las tensiones con Sudán, cuyo Gobierno acusa a Chad de apoyar a sus propios grupos insurgentes; la actuación impune de bandas de forajidos armados formadas por ex combatientes; o las enfermedades, son riesgos no menores.

Al final, la Comisión de Defensa del Congreso aprobó por mayoría, con la abstención del grupo formado por Izquierda Unida y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), el envío a Chad de dos aviones de transporte medio C-295 y un máximo de 100 militares, procedentes en su mayoría del Ala 35, con base en Getafe (Madrid), y de la Escuadrilla de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA), con base en Zaragoza.

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Once militares irán a los cuarteles generales, incluido el de París, y los otros 89 a dos destacamentos sobre el terreno. El principal será el de base Europa, junto a la capital chadiana, Yamena, donde estarán los dos aviones y el personal de apoyo logístico, comunicaciones e inteligencia. El segundo destacamento, más reducido, estará en Abeche, al este del país, y tendrá capacidad de carga y descarga.

Sus cometidos específicos serán prestar apoyo logístico a las fuerzas europeas, proporcionarles movilidad aérea y apoyarles para la evacuación de heridos.

En principio, los aviones sólo volarán entre las ciudades de Yamena y Abeche, ya que son las únicas que cuentan con pistas preparadas para que puedan aterrizar. No obstante, también harán lanzamiento de cargas desde el aire, lo que constituye la misión más peligrosa, pues debe realizarse volando a baja altura y escasa velocidad. Una unidad de protección a bordo, equipada con armas largas, prestará protección a los aparatos.

Está previsto que el primero de los C-295 despegue de Getafe en la noche del domingo al lunes, acompañado por un Hércules que transportará el material para el destacamento español. El segundo avión saldrá en cuanto estén listas las instalaciones.

Por su parte, mañana zarpará de la base de Cartagena el patrullero de altura Cazadora, con una dotación de 90 marineros, incluido un equipo de protección de Infantería de Marina. La Comisión de Defensa del Congreso también aprobó ayer, en este caso por unanimidad, su integración en el componente naval de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (Unifil). Está previsto que la Cazadora, cuya base se encuentra en Las Palmas de Gran Canaria, se integre el próximo día 4 en una fuerza de 10 buques dirigida por la flota europea Euromarfor.

El objetivo de esta flota es evitar la entrada en Líbano de armamento y material militar de contrabando dirigido a las milicias irregulares y, en especial, a la chií Hezbolá. Para ello, puede realizar inspecciones de buques sospechosos, aunque de momento sólo se contempla la posibilidad de que sean consentidas.

Pese al envío de 90 marineros a Líbano, el Gobierno mantiene el límite de 1.100 militares para dicho país, lo que obligará a reducir en un centenar los efectivos con que ahora cuenta la brigada de la Legión desplegada junto a la frontera de Israel.

También se mantiene el techo de 3.000 soldados para el conjunto de las operaciones en el exterior (ahora son 2.851), aunque el Gobierno ha dejado de contabilizar dentro de la misión en Afganistán a los 52 militares estacionados en la base de Manás (Kirguizistán) para darles apoyo. Esta medida permite cierto desahogo para los que están trabajando sobre el terreno, pero supone hacerse trampas en el solitario, pues el Parlamento nunca ha hecho casus belli de una cifra concreta de efectivos.

Moratinos y Ciscar, en la Comisión de Defensa del Congreso.
Moratinos y Ciscar, en la Comisión de Defensa del Congreso.B. PÉREZ

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Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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