Las reservas de la capital catalana se doblan en semanas

Tras 18 meses sin precipitaciones la lluvia se ha acomodado sobre Cataluña. El 18 de abril, los embalses que nutren el área barcelonesa estaban al 21,3% de su capacidad. Ayer alcanzaron el 44,2%, lanzados por el mayo más húmedo de los últimos 30 años. Las previsiones señalan que este fin de semana otra borrasca cruzará un territorio que sigue en sequía. Lo ratificó ayer la Generalitat: pese al aumento de las reservas, se mantienen las restricciones que desde marzo impiden a 5,4 millones de catalanes llenar sus piscinas, baldear las terrazas o regar los jardines con agua potable.

Las reservas están en niveles similares a los de abril de 2007. Entonces, los barceloneses cuidaban de sus parterres sin el ojo puesto en los embalses. La Generalitat acababa de aprobar un decreto para paliar la sequía pero se estaba más cerca de superarla que de las restricciones contempladas en el documento.

Hoy la situación es parecida. Técnicamente, la sequía se superará cuando los embalses acumulen 300 hectómetros. La Generalitat apunta que necesita 350 (57% de las reservas) para garantizar el consumo hasta que funcione la desalinizadora de El Prat, en mayo de 2009. Con los niveles actuales el agua alcanzaría hasta el próximo febrero, pero se entraría en marzo con pocas reservas.

Pese a todo, el agua hoy embalsada permitiría relajar las restricciones. Pero Aragón, comunidad contraria a llevar agua del Ebro a Barcelona, se indignó cuando supo que las piscinas catalanas podrían volver a rellenarse. La aportación del Ebro se aprobó en virtud de una emergencia que, esgrime Aragón, las piscinas rebosantes de agua potable darían por finiquitada.

La Generalitat respondió modificando el decreto para mantener las restricciones. No se levantarán hasta que el Ejecutivo lo decida, aunque la sequía puede superarse en breve. Pretende mantener la conducción del Ebro al margen del Ministerio, pero este horizonte ha dividido al tripartito: el PSC aboga por construirla, mientras ICV pide derogarla. ERC la consiente en el Parlamento catalán y la rechaza en el Congreso.

La lluvia también ha desbordado a los ríos de la cuenca del Ebro, anegando localidades y cultivos. El embalse de Mequinensa, alcanzó ayer el 92% de su capacidad. Éste y otros pantanos están desembalsando agua para dar cabida a la que aporten las próximas lluvias.