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Reportaje:Aulas

Conciencias en las dos orillas

Estudiantes de Cádiz y Marruecos debaten sobre el fenómeno migratorio

Hay dos formas de ver la inmigración. Desde el lugar donde parten las pateras. Desde el lugar donde llegan. La asociación Cardjin ha repartido por aulas de institutos de Cádiz y de Marruecos debates sobre inmigrantes y emigrantes. Un documental enseña la realidad de esos viajes. En una orilla se crea conciencia sobre las verdaderas dificultades que empuja el inicio de esos trayectos. En la otra se descubre que las promesas de sueños cumplidos están lejos de ser una realidad.

La iniciativa ha recorrido ya una veintena de colegios. En cada clase se proyecta el vídeo Mensaje en una botella, editado en árabe y español por el Servicio de Vídeo de la Diputación de Cádiz. Said recibe una carta de su hermano desde España. Le narra las penalidades de su viaje por el Estrecho, la desorientación de los primeros momentos, la falta de oportunidades, las ventanas y puertas que se le cierran. Un relato muy diferente al que esperaba contarle en ese mensaje antes de iniciar su viaje.

"Están malviviendo y les damos la espalda", se escucha en un aula gaditana

"El vídeo cumple objetivos distintos cuando se proyecta en Marruecos o en Cádiz pero coincide en que podemos explicar las calamidades de la clandestinidad, dignificamos los flujos migratorios y transmitimos la necesidad de formar a los jóvenes para contribuir a la construcción de su país", detalla Gabriel Delgado, el responsable de Cardjin.

En el módulo de Animación Sociocultural del Instituto Columela de Cádiz la proyección del documental genera un debate que va ganando progresivamente en intensidad. "Me doy cuenta de que no merece la pena lo que ha tenido que pasar ese hombre", detalla una alumna en voz alta. "A mí me indigna que haya personas que tengan que pasar ese calvario", apunta otra. "Están malviviendo y les damos la espalda", añaden al fondo de la clase.

El profesor y un representante de la asociación moderan las intervenciones y contribuyen a enriquecer el intercambio de opiniones. "El punto de vista de los chavales va cambiando según la edad", explica el responsable del área de Juventud de Cardjin, Jesús Cubiella. "Los adolescentes, en su primera etapa, tienen un comportamiento más despreocupado. Si no se trabaja desde los institutos, no son conscientes de problemas como éstos. Se ve en cómo usan su tiempo libre. Los más mayores ya perciben otras realidades, tienen otro recorrido, ven los telediarios y pueden comenzar a crear una conciencia sobre la inmigración", explica.

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La iniciativa ha desarrollado ya experiencias compartidas como un paro de cinco minutos de silencio simultáneo a una y otra orilla. "Creo que sirve para que los alumnos ganen en compromiso", defiende Cubiella. Los estudiantes comparten esta idea. "No queremos que siga muriendo gente por culpa de nacer en un país desfavorecido", explica Rocío Bernabé, alumna del Columela. Su compañero Javier Rosado apuesta por un esfuerzo común: "Hay gente que todavía rechaza a los inmigrantes y eso nos perjudica a todos. No se debe discriminar para no ser discriminados". El documental y la movilización han surtido efecto, al menos de palabra.

La experiencia quiere mantenerse. "Hay reacciones comprensivas hacia los inmigrantes pero también se escucha en las clases que vienen a quitarnos el trabajo", destaca el director del Instituto Columela, Diego Jiménez. También hay una intensa labor pendiente en los colegios de Marruecos. El país de donde siguen saliendo pateras.

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