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Crítica:POR MENOS DE 30 EUROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Para mojar pan

José Carlos Capel

Más cañí imposible. Y más kitsch tampoco. A la entrada, cristaleras decoradas con dibujos de grandes gambas y mejillones, además de dos pizarras en las que se reseñan las sugerencias del día. Dentro, una barra angosta atiborrada de hueveras, ristras de ajo, cestos de tomates y de verduras, además de botellas de aceite, latas de calidad y champaneras con algunas marcas. Todo igual que en cualquiera de esas tabernas tradicionales españolas en las que se sirven tapas típicas. Ésta era la idea del prestigioso cocinero Carles Abellán, discípulo de Ferran Adrià, que después de triunfar en su singular restaurante Comerç 24 abrió este local en mayo de 2006, próximo al paseo de Gracia, rincón que permanece abierto de 8.00 a 24.00. En horas punta, lo difícil es encontrar un hueco en su barra o en alguna de sus mesitas altas.

TAPAÇ 24

Diputaciò, 269. Barcelona.

934 88 09 77. Cierra: domingos.

Un lugar divertido, ideal para comer o tapear eligiendo bocaditos y raciones. La mayoría, con una calidad más que aceptable. Y además, a precios moderados y ofrecidas por un personal que hace gala de un sentido del humor permanente. Entre sus mejores especialidades está la tapa de oro, simplemente tomate rallado en un plato sobre el que se vierte aceite de oliva, ese resto que queda en el fondo de algunas ensaladas en el que todo el mundo desea mojar pan hasta acabarlo. No hay que perderse la coca de recapte con escalivada y arenques, los boquerones al limón, ni su famoso biquini 24 de mozzarella e ibérico. En cambio, las patatas bravas y los huevos estrellados no pasan de aceptables. Mejor suerte corren algunos platos de cocina como el arroz negro de sepia, el rabo de toro, las lentejas estofadas con chorizo y los callos (cap y tripa).

Para acompañar el clásico vermú, la casa recomienda anchoas del Cantábrico, mojama con almendras o huevas de atún de almadraba. Por supuesto, no faltan las preparaciones a la plancha, sobre la que se hacen almejas al natural, berberechos en salsa, mejillones picantes, ventresca de atún y sardinillas. Y para beber, cañas de cerveza Moritz, cava, champán y algunos vinos por copas.

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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