El embajador en la Santa Sede pide marcar la 'x' por la Iglesia

El socialista Francisco Vázquez, embajador ante el Estado de la Santa Sede, reclama que los españoles marquen en sus declaraciones de la renta la casilla de la Iglesia romana. Lo pidió anteayer en Lugo, durante el pregón del Día de la Caridad, que el ex alcalde de A Coruña pronunció invitado por Cáritas Diocesanas. "Es muy importante que los ciudadanos tengan conciencia de la gran importancia que tiene, para católicos y no católicos, poner la equis en la casilla de la aportación social a favor de la Iglesia", dijo. Precisó que hablaba como "político católico".

El representante del Gobierno ante el Vaticano destacó, además, el "magnífico momento" de las relaciones entre el "Estado español y la Santa Sede". "Existe una clara voluntad de diálogo para superar cualquier posible situación de conflicto, tal y como ha explicitado, muy claramente, el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco", concretó. También expresó su confianza en la "voluntad" de llegar a acuerdos sobre la polémica asignatura de Educación para la Ciudadanía.

Las declaraciones del embajador recibieron duras críticas desde varias confesiones, también del catolicismo, informa Juan G. Bedoya. Juan José Tamayo, secretario general de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, dijo: "Ya no cabe la menor duda de que este Gobierno es rehén de la Iglesia católica. Lejos de avanzar hacia un Estado laico, retrocede de manera clara, aplastando el principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado y también el principio de igualdad". Con igual contundencia se pronuncia Redes Cristianas, que agrupa a un centenar de organizaciones.

También fue crítico el portavoz de la Alianza Evangélica Española, Pedro Tarquis. "Es grave que la Iglesia de Roma se declare como 'la única Iglesia' y recaude a través del Estado. Pero que un cargo del Gobierno avale estas ideas es el clímax de la ceremonia de la confusión", dijo.

La Federación de Entidades Evangélicas de España (FEREDE) lleva años negociando sin éxito la inclusión de una casilla propia en el IRPF. En la misma situación están los musulmanes. Entre estas dos confesiones suman tres millones de fieles.