"Ginés no paraba de amenazar a la gente, para algunos fue insoportable"
Los policías locales relatan el acoso a los empresarios hosteleros
Tres agentes detenidos por la supuesta trama de corrupción policial de Coslada (83.200 habitantes) rompieron ayer su silencio, casi dos semanas después de que se iniciara la llamada Operación Bloque. Los tres culpan de la situación en la Policía Local del municipio a su jefe, el oficial Ginés Jiménez Buendía. "Ginés siempre se creía Dios y no paraba de decir que era el puto amo", asegura uno de los agentes."Una noche mandaba a unos, luego también obligaba a que fueran los del turno siguiente. Así, nos obligaba a inspeccionar varias veces un local, incluso en el mismo día", prosigue el agente. "El propietario se quejaba entonces de que le habían inspeccionado hacía pocas horas y nos enseñaba el acta. Algunos nos limitábamos a copiar lo que habían escrito en la primera acta nuestros compañeros", continúa el policía.
Tres agentes detenidos por la supuesta trama de corrupción policial de Coslada (83.200 habitantes) rompieron ayer su silencio, casi dos semanas después de que se iniciara la llamada Operación Bloque. Los tres culpan de la situación en la Policía Local del municipio a su jefe, el oficial Ginés Jiménez Buendía. "Ginés siempre se creía Dios y no paraba de decir que era el puto amo", asegura uno de los agentes.
Los tres policías, que piden silenciar su identidad y fueron entrevistados juntos, figuran entre los que menos cargos acumulan. Dos están imputados por los delitos de asociación ilícita y falsificación de documentos. El tercero suma también el de prevaricación -dictar una orden injusta a sabiendas-. Se les detuvo, al igual que a otros 24 agentes -incluido el jefe-, en la Operación Bloque, que comenzó el pasado 8 de mayo. Entre los delitos imputados a algunos de los demás detenidos -13 están en prisión- figuran amenazas, extorsión, corrupción, abusos sexuales y prostitución.
Los agentes, dos de los cuales se consideran inocentes -"con todo lo que se ha montado no creo que yo salga absuelto", admite el tercero, acusado de tres delitos-, cargan contra su jefe. Acusan a Jiménez -imputado por extorsión, prevaricación, cohecho y tenencia o depósito de armas- de utilizarles en su beneficio y de tener a parte de la plantilla "aterrorizada". "Muchos han salido de su despacho llorando. Ginés no paraba de amenazar a la gente. Para algunos fue insoportable y se marcharon".
Los entrevistados aseguran que con frecuencia el jefe ordenaba a los policías de servicio que inspeccionaran determinados locales, sobre todo por la noche. "A veces teníamos que ir a un local para cerrarlo porque el dueño se había pasado de la hora. Sólo nos ordenaba cerrar un establecimiento, aunque los demás estuvieran abiertos", asegura uno de los policías detenidos.Los agentes aseguran que el jefe les ordenaba a veces que se apostaran a la salida de ciertos locales de copas para hacer la prueba de alcoholemia a sus propietarios y detenerlos cuando iban bebidos. Eran las formas de Jiménez para acosar a los agentes, sostienen los policías entrevistados.
Las denuncias que ponían los guardias locales también eran objeto de control por parte del jefe, añaden estos imputados. Relatan que todos los boletines se depositaban en un buzón de la Policía Local y, antes de pasar al departamento de multas, Jiménez las revisaba una a una. "Los coches de sus amigos nunca eran multados. Además, no le importaba romper una multa si así conseguía que alguien le debiera un favor. Ya tendría ocasión de cobrárselo cuando lo necesitase", añade un imputado.
"¿Qué pasa, es que ahora nadie ha roto una multa?", se exculpa el agente imputado también por prevaricación.
Los policías aseguran que Jiménez les acosaba en el trabajo y que sufría fuertes cambios de humor. Están convencidos de que "el Cuerpo Nacional de Policía ha ido a por Ginés y nos ha arrastrado a nosotros por todas sus irregularidades".
Los tres guardias niegan que El Bloque (un grupo formado por una veintena de policías) estuviera a las órdenes de Jiménez. Admiten su pertenencia a este colectivo, que definen como "un grupo de amigos que salen y se divierten juntos". Afirman que en el colectivo también hay personas que no son policías. Añaden que en la Policía Local de Coslada hay otros grupos, "también de amigos", como "La Pirámide, Turno A o El Bicho". "Somos críticos con Ginés y éste, como vio que éramos muchos, intentó llevarnos hacia él, pero no lo consiguió. No estábamos de acuerdo con su forma de actuar", añade otro agente.
Los tres aseguran que por haber "desobedecido" órdenes de Jiménez éste les castigó con patrullas a pie en las tardes de agosto o largas temporadas de servicio en la emisora. Uno de ellos afirma que estuvo castigado a vigilar durante ocho horas frente a la casa del jefe para evitar la doble fila.
Los tres agentes están suspendidos ahora de empleo y sueldo al menos por seis meses, prorrogables. Uno de ellos tiene la cuenta bancaria embargada. Los tres buscan ahora empleo.
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