La libertad es efímera
Los Mossos detienen a un ladrón el mismo día que salía de la cárcel de Quatre Camins por atracar un banco
Salvador G. R. quiso salir de la cárcel con algo de dinero en el bolsillo. O sencillamente no pudo evitar la tentación de volver a robar. Este vecino de Sant Adrià de Besòs (Barcelonès), que a sus 28 años arrastra un larguísimo historial delictivo, aprovechó el disfrute de un permiso penitenciario para asaltar, cuchillo en mano, una sucursal bancaria en Barcelona. Él y un compañero de fatigas lograron llevarse 2.100 euros, confirmaron fuentes de la investigación.
Las declaraciones de los testigos y, sobre todo, las cámaras de videovigilancia de la oficina delataron a Salvador y permitieron a los Mossos d'Esquadra identificarle. El pasado 6 de mayo, la fortuna y la desgracia caminaron de la mano. Ese día, al hombre le fue concecida la libertad y abandonó el centro penitenciario de Quatre Camins, en La Roca del Vallès. Pero en la misma puerta de la prisión le esperaba una patrulla de los Mossos para llevarle, una vez más, a comisaría.
Salvador cumplía condena por robo y amenazó al director con un cuchillo
A las 8.25 horas del pasado 24 de abril -en plena resaca por la multitudinaria Diada de Sant Jordi y el no menos importante partido entre el Barcelona y el Manchester-, Salvador y un amigo suyo irrumpieron en la oficina de Caja Madrid situada en el número 92 de la Rambla de Prim, en el popular barrio de la Verneda. Salvador llevaba la cara descubierta y tenía las manos ocupadas: con una sujetaba una pistola, con la otra blandía un cuchillo. Su compinche no quiso ser menos y se equipó con un enorme cuchillo de cocina, según declararon los testigos a la policía.
Salvador obligó al director y al subdirector de la oficina a salir de su despacho. A este último le puso el cuchillo en el cuello y le exigió el desembolso de 6.000 euros. Después de que Salvador amenazara de muerte a los empleados si se les ocurría hacer sonar la alarma, el director del banco le aseguró que la caja fuerte era de apertura retardada (como todas) y que estaba dispuesto a facilitarle todo el efectivo disponible. O sea, poco más de 2.000 euros. Salvador y su socio aceptaron el trato y se largaron.
La unidad central de atracos de la policía autonómica les siguió la pista y, gracias a los testimonios de los clientes, logró identificar a Salvador como uno de los presuntos autores del atraco.
A las 12.15 horas del pasado 6 de mayo, el hombre pisó la calle y fue detenido de inmediato. Disfrutaba de tres días de permiso, pero ya no debía regresar a prisión porque los enlazaba con su libertad definitiva, fijada para el día 9. El hombre pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 21 de Barcelona, que lleva el caso. Está acusado de un robo con violencia e intimidación. Los Mossos buscan ahora al segundo participante en el atraco.
La aventura de Salvador muestra lo difícil que lo tienen algunos delincuentes para no reincidir. Su último antecedente databa de 1999 y en poco tiempo había acumulado cuatro robos con fuerza, un robo con violencia y un atentado contra la autoridad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.