Pepe Moral: "He intentado torear como me enseñaron de pequeño"
A esto de La Quinta le han echado un poquito de gaseosa, que a lo mejor la necesitaba, pero no tanta. Algunos de los novillos lidiados ayer parecían becerretes, que hasta ganas daban de darles el biberón, o casi. El quinto de La Quinta sí sacó la raza y el picante de antaño. Ése es el que sorprendió a El Payo y lo llevó al hule. El parte médico habla de que el mexicano padece una herida en el muslo izquierdo, con trayectoria hacia abajo de 15 centímetros, y que contusiona la arteria y vena poplíteas. El pronóstico es menos grave, y el bullidor novillero mexicano descansa ya en la clínica sin otra preocupación que la de recuperarse cuanto antes. Luis Carlos Aranda, el buen banderillero que hoy figuraba en su cuadrilla, comenta con toda cordialidad su impresión sobre la actuación de su matador: "El maestro ha estado muy firme y muy bien con la novillada".
Daniel Martín convalecía aún ayer de una lesión en la mandíbula que le impide emitir palabra alguna, y así nos lo explicaron los miembros de su cuadrilla. Tal vez ello justifique en parte la actuación del alemán-salmantino, que no fue todo lo satisfactoria que a él le hubiera gustado.
Así las cosas, el único facultado para hablar en la tarde de ayer fue Pepe Moral, quien, dicho sea de paso, pegó ayer las mejores y, en cierto sentido, únicas verónicas que se han visto en esta Feria de San Isidro: "A los dos novillos míos les ha faltado raza y movilidad; no han humillado. Me voy un poco disgustado, pero, bueno; he intentado pegar capotazos y muletazos como me enseñaron de pequeño".
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