Las víctimas piden el compromiso social
Los afectados por el terrorismo recuerdan en el homenaje del Kursaal que la sociedad les debe una implicación más activa para deslegitimar la violencia
El homenaje institucional a las víctimas del terrorismo que, por segundo año consecutivo, organiza el Gobierno vasco por mandato del Parlamento autonómico, quedó ayer marcado por la emotividad y el recuerdo del último crimen etarra, el asesinato el miércoles del guardia civil Juan Manuel Piñuel en Legutiano (Álava). Con más protagonismo de las propias víctimas que el año pasado en Bilbao, los discursos de cuatro de ellas resumieron las duras experiencias de todos los afectados y sus reflexiones sobre los compromisos que tanto la sociedad como las instituciones tienen con ellos.
Lasa recalca que la prioridad actual es que los amenazados recobren su libertad
Recordaron que la deuda de la sociedad con las víctimas, tras años de haberlas ignorado o margionado, es el compromiso "prioritario y activo", encabezado por los politicos, de deslegitimar el terrorismo. Y aseguraron que nunca se agradecerá suficiente a las víctimas que no hayan reaccionado contra sus agresores, "agitando así un proceso de enfrentamiento civil".
No se llenaron los 1.700 asientos del auditorio del Kursaal donostiarra, pero no faltaron las más de 500 víctimas y sus familiares invitados, con presencia de todas las asociaciones, salvo la AVT y la vasca Covite, que declinó su asistencia tras haberla confirmado inicialmente. Sin embargo, al menos tres miembros de su directiva acudieron a título personal.
Tampoco estuvo el PP, único partido democrático que se desmarcó del acto "para no dar cobertura" a Ibarretxe, según insistía ayer su portavoz parlamentario vasco, Leopoldo Barreda.
Sí estaban todos los demás partidos democráticos con representaciones de primer nivel. El tripartito asistió en pleno con Ibarretxe a la cabeza, así como el ex lehendakari Ardanza, parlamentarios, miembros de las Juntas Generales, ediles y alcaldes guipuzcoanos.
La directora de la Oficina vasca de Víctimas, Maixabel Lasa, única voz institucional, aprovechó para alertar del riesgo de la resignación y la indolencia ante la falta de libertad. Por ello, advirtió de que la prioridad política hoy en día está en que tantos miles de amenazados recuperen su libertad para ser "actores políticos con todas las garantías". Incidió también en el mensaje con que se quiso caracterizar el acto: la deslegitimación social y política de la violencia.
Lasa incidió también en el mensaje con el que se ha querido caracterizar este acto: la deslegitimación social y política de la violencia. Dijo que vincular la consecución de la paz a la conquista de un nuevo estatus político es "pervertir las reglas de juego y condenar a las víctimas al sinsentido de su dolor".
Las intervenciones de las víctimas arrancaron aplausos de un público emocionado, que sacaba los pañuelos sin rubor para secar las lágrimas. Abrió el turno el guardia civil Leoncio Sainz, gravemente herido en Galdakao por una bomba de ETA en 1984, quien, tras enorgullecerse de su condición de agente del instituto armado, destacó que no se quita de la cabeza el llanto de los niños en el cuartel de Legutiano y se preguntó: "¿Dónde está la humanidad de esta acción tan cruel? ¿Cuál es su explicación? ¿Cómo puede mirar el terrorista a los ojos de sus hijos, feliz de haber hundido la vida de esos niños, de hacerles llorar, de haber llevado el miedo a su mirada? ¿Cómo se puede vivir así el resto de la vida?"
El padre de Jesús Maria Arana fue asesinado por los Grupos Anti Eta (GAE), una de las siglas de la guerra sucia, en Alonsotegi en 1980. El crimen todavía sigue impune. "No queremos venganza, sólo justicia y honrar la memoria de nuestro padre", dijo.
Santos Santamaría, padre de un mosso d'Esquerra asesinado por ETA en Roses (Girona) en 2000, constató que las cosas están cambiando poco a poco, pero falta por lograr la unidad de los partidos contra ETA, "el arma que temen los asesinos".
Por último, Iñaki García Arrizabalaga, hijo del delegado de Telefónica asesinado por los Comandos Autónomos en San Sebastián en 1980, dijo que observa "fisuras y contradicciones" a la hora de deslegitimar la violencia por parte de los políticos vascos. "¡Pierdan los miedos!", les dijo alentándoles a asumir ese compromiso. Añadió que las víctimas siguen siendo un "tema tabú" y "en cuestiones importantes como la paz hablamos de lo que ocurre en el Sáhara o en Colombia, pero no nos atrevemos a hablar de lo que ocurre en nuestra casa"..
Leoncio Sainz
- "Damos lo mejor que tenemos, nuestra propia sangre, por España, por el País Vasco y por la libertad".
- "Queremos vivir como ustedes y queremos que nuestra vida y nuestra muerte tenga un sentido".
- "Nosotros, los guardias civiles, hemos sufrido el desamparo muchísimo tiempo, cada vez que moría uno de nosotros y nos íbamos de esta tierra con los cuerpos sin vida de nuestros compañeros".
- "Trabajamos por su libertad, la de todos los españoles"..
Santos Santamaría
- "De los entierros vergonzantes y solitarios y aquellas frases cobardes y cómplices del 'algo habrá hecho', hemos pasado al acto de hoy, al funeral unitario de las últimas víctimas".
- "Nos hemos enfrentado con el silencio a la algarabía violenta y fascistoide de los que jaleaban a los asesinos en las calles vascas"
- "El arma más legal y la que más temen esa pandilla de asesinos, es la unidad de todos nosotros".
- "No estamos todos. Nos faltan mil muertos".
Jesús María Arana
"Al dolor de la pérdida de mi aita hubo que añadir el desamparo y la soledad en la que nos vimos inmersos después del atentado, sin ayudas, sin atención, ni reconocimientos."
- "No podemos olvidar que nunca se supo quien acabó con la vida de nuestro padre, ni se castigó a nadie por ello." - "Queremos alzar nuestra voz en contra del terrorismo, del que hubo entonces y del que hay ahora, porque anhelamos vivir en nuestra tierra y en paz"
Iñaki García Arrizabalaga
- "Existe un cierto complejo en el mundo nacionalista y en el de determinados sectores de la izquierda por reconocer que, entre víctima y asesino, la razón y la verdad no están precisamente en el medio".
- "No deben existir las fisuras que se observan en la clase política".
- "Pido un compromiso activo de la sociedad vasca de no caer en la trampa, de no olvidar nunca que con las víctimas del terrorismo existe una situación de injusticia permanente, porque hemos perdido algo que nunca se nos podrá reparar"
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