Biocarburantes: polémica injusta
Asistimos a una brutal campaña mediática contra los biocarburantes.
Los biocarburantes no son la panacea que va a solucionar los graves problemas del cambio climático, la dependencia del petróleo o la hambruna mundial. Su contribución a paliarlos es incuestionable y hacerlos principales responsables de la subida del precio de los alimentos o del hambre mundial me parece una exageración sensacionalista.
Dicha campaña, con escaso rigor, demuestra el poder de ciertos lobbys como los mercados financieros especulativos y empresas petroleras, para lanzar una "cortina de humo" a la opinión pública y ocultar sus verdaderos intereses y despreocupación por solucionar desde la base los problemas de pobreza, todo ello apoyado sospechosamente por el FMI y el Banco Mundial.
La apuesta por los biocarburantes como propone la UE y apoyada por Alemania, Francia y España debe ser una alternativa meditada, valorada, sostenible y responsable. Y es necesaria pese a quien pese.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.