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Reportaje:

Literatura para llegar a uno mismo

Suso de Toro desmitifica ante los presos de Pereiro de Aguiar el proceso creativo

El escritor Suso de Toro le puso ayer rostro y sustantivos propios y comunes a su literatura. Los de su saga familiar. Y el centenar largo de reclusos del centro penitenciario orensano de Pereiro de Aguiar convocados por el IES San Clemente a este acto de celebración del Día das Letras Galegas, pegó su interés al hilo narrativo de la desmitificadora visión de la Literatura. "Son o fillo do Antonio do Venecia", empezó De Toro explicando por el principio el final del largo proceso de búsqueda que emprende en sus novelas.

Porque el escritor compostelano les contó a los reclusos que en el barrio en donde ahora vive en Santiago es, primero, el hijo del dueño del Bar Venecia, pero también el escritor y, para algunos, también el amigo de Zapatero. Y aliñó la confesión con una anécdota sobre su verdadera identidad. "Comiendo con un reputado escritor que había pedido cinco nombres de escritores gallegos, y que por la forma irónica en la que me presenté tenía dudas de que yo lo fuera, le preguntó al camarero si me conocía y éste no lo dudó: sí, sí, claro, es el del Venecia".

El escritor contó que se sintió reconocido cuando lo llamaron de Oxford
"Los libros son una fuerza y una debilidad al mismo tiempo", afirma

"Siempre recurro a la memoria, siempre hay una vuelta hacia atrás en mis novelas, una continua investigación de mis orígenes", comentó el escritor su proceso creativo en el salón de actos de la prisión de O Pereiro para transmitirle a los internos la idea de la literatura como algo "que no tiene por qué ser distante o investido de poder, como se suele ver". Y, para ejemplo, el libro en el que trabaja: la historia del abuelo De Toro, "un niño abandonado a la puerta de un hospicio: un esclavo, una persona sin alfabetizar", a través de la cual acabó irrumpiendo como un ciclón en la familia la letra impresa.

Los internos querían saber. "¿Por qué se hizo escritor?", "¿a qué edad empezó?", "¿cómo trabaja un escritor?" Y Suso De Toro les contó cómo anduvo el camino hacia el mundo de la letra impresa desde el "origen de una familia de ágrafos". "Los libros, como todo en la vida, son una fuerza y una debilidad al mismo tiempo", destacó, explicando que el niño soñador que era se enfrascó en la literatura "porque carecía de habilidad para las matemáticas y el fútbol".

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En el mundo de puertas adentro de la prisión, De Toro fue explícito al relacionar su oficio con el "saber de las mujeres". Porque mientras los hombres han representado siempre la acción que después las mujeres verbalizan, "yo me quedo en casa, entre visillos, elaborando historias". "Hice de mis defectos una profesión y no me fue mal", dijo alentando a los reclusos a viajar con los libros, a aprender.

Pero la mayoría de los asistentes ya se habían acercado a sus novelas. La directora del instituto santiagués, Carmen Viñas, y la profesora de Historia del mismo centro, Mercedes González, que ayer le acompañaban, le habían precedido un par de meses acarreando todas sus obras. Y los internos no sólo se las habían leído, sino que las llevaban como panes bajo los brazos y guardaron después con ellas en las manos una paciente cola en espera de dedicatoria.

"¿Cuándo se ha sentido más reconocido?", le espetó un interno de mediana edad poniéndose en pie y quitándose la visera. "Cuando me llamaron de la Universidad de Oxford para hablar de mi obra a catedráticos de Literatura", contestó sin dudarlo el autor. Después explicó las razones: "Les hablé de mis orígenes, de la aldea de mi abuelos labradores", detalló comentando que "la literatura no es algo inalcanzable, se trata sólo de salir siempre adelante en la vida".

El acto, centrado en la obra de De Toro conmemoró las Letras Galegas, pero también la música. Un grupo de reclusos -guitarra, flauta y un canario poniendo la voz al Negra sombra asomo de su acento- dejaron constancia de la festividad.

"La música", acabó reconociendo el escritor, "forma parte del proceso artístico de la escritura; a mí me ayuda a impulsar la imaginación, a ahondar en el pensamiento y me reconstruye el yo", esa búsqueda constante.

El IES San Clemente celebró su primera experiencia pública en el centro penitenciario orensano, en el que acaba de comenzar a impartir el bachillerato a distancia. Y el éxito de la jornada ha animado a las profesoras. "Queremos hacer un taller de lectura permanente, trasladar a O Pereiro la experiencia que estamos llevando a cabo en Teixeiro", señala Viñas, convencida, como De Toro, de que la literatura "hace la vida más llevadera, además de propiciar en este caso la integración social".

De Toro se despidió de su público recluso instándolo a buscar también su yo, a emprender ese camino de la introspección, puertas adentro, poniéndole sustantivos y verbos a su vida, "incluso profesionalmente: aunque hace falta disciplina".

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