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El Gobierno rectifica y mantiene la prohibición de llenar piscinas

Montilla corrige a Baltasar, que el martes había rechazado cambiar el decreto

No se permitirá llenar las piscinas de Barcelona aunque haya llovido. El presidente de la Generalitat, José Montilla, anunció ayer que su Ejecutivo ha decidido modificar el decreto de sequía para no levantar ahora unas restricciones que dentro de unas semanas tal vez habría que volver a aplicar. Se trata, dijo, de emplear "el sentido común". Montilla tuvo a bien hacer las declaraciones a la misma hora en que decía lo mismo el consejero de Medio Ambiente, Francesc Baltasar. Éste, sin embargo, había negado la posibilidad 24 horas antes, actuando como portavoz del Consell Executiu. El consejero de la Vicepresidencia, Josep Lluís Carod, de viaje en Londres, se expresó también a favor de los cambios. Hay que modificar el decreto porque "el agua de Tarragona no es para llenar piscinas", dijo.

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En Cataluña hay 150.000 piscinas. De ellas, 60.000 se hallan en Barcelona. En el 15% de los casos, aproximadamente, se renueva el agua cada año. Esto supone un consumo en Barcelona de 0,3 hectómetros cúbicos, menos de una quinta parte de la aportación del Ebro en un día. El decreto ley es la respuesta del Gobierno a la lluvia de críticas recibidas tras anunciar el martes que se aliviaría, a tenor del aumento de las reservas en los pantanos, el nivel que limita el uso de agua.

El presidente Montilla explicó que será el martes, día habitual de reuniones del Ejecutivo, cuando se aprobarán los cambios en el decreto. "No puede ser que se deban levantar determinadas medidas y, si no llueve, las tengamos que volver a poner en práctica al cabo de tres semanas", apuntó.

Con los cambios que se introducirán se pretende "mantener las medidas de contención de la demanda y de ahorro actualmente vigentes", lo que supone "mantener la prohibición de destinar agua potable a la práctica de usos que no sean el abastecimiento doméstico; por ejemplo, el agua para las piscinas públicas y privadas, y el riego de jardines particulares", según explicó ayer el consejero Baltasar. El decreto permitirá, en cambio, el uso de agua en actividades de importancia económica, como el turismo y la floricultura.

El sistema Ter-Llobregat, que se encuentra en fase de excepcionalidad 2 desde el 4 de febrero, tenía ayer por la mañana 180,51 hectómetros cúbicos de reserva de agua, una cantidad suficiente para que el viernes pueda salir de la excepcionalidad 2 y pasar a la fase 1, menos restrictiva. Baltasar confesó que el decreto tiene "un efecto perverso". No fue posible saber qué piensa hacer el Gobierno entre el viernes, cuando se entre en excepcionalidad 1 y se puedan llenar piscinas, y el martes, cuando se apruebe el decreto.

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En sólo dos días, las reservas han aumentado en una cantidad equivalente a la que aportarían los buques en más de seis meses.El Ter-Llobregat se situó ayer al 29,5% de su capacidad. El lunes estaba al 27,9%. El Meteocat apunta que el agua que recogieron los ríos elevará unas décimas más la cantidad embalsada. Ayer la lluvia cayó con fuerza en la zona de influencia del Llobregat. Las precipitaciones salpicaron también la cuenca del Ter, la más crítica y gran beneficiada de la borrasca.

Depósito de uno de los barcos que transportan el agua de Tarragona a Barcelona.
Depósito de uno de los barcos que transportan el agua de Tarragona a Barcelona.

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