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El PP acusa al PSOE de "prostitución" política por rechazar los trasvases

La oferta de Chaves para sacar el agua de la confrontación salta por los aires

Lourdes Lucio

Esperanza Oña, la portavoz del Partido Popular, nunca defrauda a los suyos desde la tribuna del Parlamento. No hay nadie mejor que ella para marcar rayas de separación, cantar las cuarenta a los socialistas y reprochar con una dureza difícil de superar el cambio de posición de éstos en cualquier materia. Sobre todo si esta materia es la del agua, donde el PSOE en la anterior legislatura pasó de defender la política de trasvases a apostar por las desaladoras. Sobe todo, si este debate vuelve a resurgir por el traspaso de agua del Ebro a Barcelona para consumo humano. Y, también, sobre todo, si Cataluña compra agua del Mediterráneo procedente de la desaladora de Carboneras.

"Su discurso es chabacano. Es una vergüenza oírla", dijo Castillo a Oña

Está claro que el agua es uno de los argumentos centrales del PP para erosionar al partido socialista. En las elecciones autonómicas, el PP le sacó rédito electoral, especialmente, en Almería. "Ustedes se prostituyen políticamente y se venden al mejor postor", dijo Oña. Este fue uno de los subrayados de la portavoz popular, pero no el único, durante un debate general pedido por el PSOE con el objetivo teórico de buscar espacios de encuentro y dejar el agua al margen de las peleas partidistas.

Oña acusó a los socialistas, en general, de "felonía", "traición", de "querer vivir de la renta de la pena" y al presidente andaluz, Manuel Chaves, en particular, de "trabajar a la contra de Andalucía" y de carecer de "honestidad política" para pedir un pacto sobre los recursos hídricos después de apoyar y desapoyar el trasvase del Ebro a la España seca. Normalmente, este tipo de debate lo suele llevar la diputada especializada en los asuntos de medio ambiente, pero en esta ocasión fue Oña la elegida, en vez de Carolina Fernández Vigo, quien presentó las propuestas de resolución de su grupo compitiendo en el tono con el de su jefa de grupo.

El discurso de la popular desconcertó al portavoz socialista, Fidel Mesa, y al de IU, José Antonio Castro Román, quien debutó como diputado y defendió un cambio urgente en la gestión del agua hacia la sostenibilidad. No le sorprendió a la consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, cuya experiencia dialéctica supera con creces, por el momento, al del conocimiento de las materias de su departamento. "Ha hecho un discurso chabacano de insultos. Es una vergüenza oírla. No habla ni de manera superficial ni con profundidad de ningún tema. Es patético de soportar. Sólo un imbécil o un loco negaría el agua a Barcelona, lo ha dicho Manuel Fraga Iribarne [presidente de honor del PP]", espetó la consejera a Oña.

A la vista de lo oído en el pleno del Parlamento el resultado de las votaciones de las propuestas de resolución fue muy coherente. Los socialistas, con mayoría absoluta, tan sólo votaron a favor de dos de las 34 iniciativas del PP. Y estos, en estricta correspondencia, suscribieron otras dos de las 16 registradas por sus adversarios. Las propuestas son imposibles de rechazar ya que proclaman evidencias inobjetables como la de que "el agua es un recurso básico y necesario, pero al mismo tiempo es un elemento estratégico para el desarrollo económico" o la de instar a completar las transferencias de las cuencas, como predeterminada el Estatuto, y a elaborar una ley de aguas.

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IU sacó adelante 11 de 20, pero sus propuestas más comprometidas como la de crear empresas públicas de gestión del servicio fueron tumbadas. Y ahí sí, PSOE y PP unieron sus votos.

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