Las lluvias acaban con la restricción para regar y llenar piscinas
El agua de Tarragona ya circula por la red hídrica del área de Barcelona
La borrasca que regó Cataluña el pasado fin de semana aliviará embalses y piscinas. Las reservas del sistema Ter-Llobregat están al 28,9%, cuando hace 30 días rondaban el 20,3%, y han superado el umbral necesario (27%) para superar la situación de excepcionalidad 2. Ésta provocó las restricciones de agua potable para regar, baldear, lavar coches y llenar piscinas, prohibiciones que no prevé la fase de excepcionalidad 1 en la que estamos. La supresión de las restricciones será oficial el viernes, anunció ayer el consejero de Medio Ambiente, Francesc Baltasar.
La construcción de la tubería del Ebro empezará dentro de un par de semanas
Se trata de una decisión no deseada, ya que el departamento preferiría mantener todas las medidas de contención. Así se habría dilatado al máximo posible el descenso que, se prevé, afrontarán los embalses durante el verano. No encontró el modo de hacerlo. "Si los números señalan luz verde, hay luz verde", lamentó un portavoz de Medio Ambiente. El decreto de sequía establece que los niveles de excepcionalidad están vinculados al volumen de agua en los embalses. Si el volumen aumenta, las restricciones se suprimen, aunque pueda ser contraproducente en pleno pulso con la sequía. No se previó que las reservas podían recuperarse; igual que tampoco se previó que podían bajar hasta alcanzar la excepcionalidad 2. Cuando ocurrió, en febrero pasado, los municipios advirtieron que no podían sancionar el mal uso de agua potable. La norma se introdujo en abril; un mes después, dejará de aplicarse porque hay más agua de la que la propia norma fija.
A partir de ahora, señaló Baltasar, cada municipio puede imponer restricciones más estrictas que las del decreto de sequía. El decreto de la Generalitat permite regar jardines y llenar piscinas, aunque sea poco recomendable, dada la situación de los embalses y la cercanía del verano.La incongruencia de permitir baldear calles con agua potable al tiempo que se reclama agua del Ebro para consumo humano fue subrayada ayer por los regantes del río y el Gobierno de Aragón. Ambos pidieron que el Gobierno central retire el decreto que permite construir la tubería que llevará agua del Ebro hasta el área metropolitana. La obra se mantendrá de todas formas. El decreto estipula que la tubería sería innecesaria sólo si los embalses catalanes superaran el estado de excepcionalidad 1 (el 49% de su capacidad), casi un imposible de aquí a que empiecen los trabajos. La obra comenzará dentro de unos 15 días, según anunció ayer Leonard Carcolé, de Aguas de Barcelona. La empresa ya ha entregado a la Generalitat la relación de propiedades que se deben expropiar. Ahora Medio Ambiente debe iniciar los trámites por el procedimiento de urgencia.
El final de las restricciones coincide con la llegada a Barcelona de recursos por mar. La popa del primer buque cargado de agua potable dobló el muelle barcelonés sobre las 8.40 horas de ayer. Tras analizar la carga, se vertió a la red urbana bombeándola hasta la estación de Cornellà. El proceso se repetirá 63 veces cada mes para ahorrar agua de los embalses. Su impacto, sin embargo, será menor de lo esperado: la flota consta de seis barcos que transportarán el 10% del consumo mensual del área barcelonesa. Un nuevo cambio de planes: Baltasar había anunciado que serían 10 barcos y que cubrirían el 18%.
La diferencia responde a los retrasos que acumula el puerto de Carboneras (Almería), aún incapaz de cargar buques con agua procedente de la desalinizadora andaluza. "No esperamos recibir agua de Almería hasta octubre", añadió el directivo de la Agencia Catalana del Agua Josep Maria Obis. Según Baltasar, debería haber llegado en agosto.
El asunto resulta menor ahora, debido a que en cinco días el sistema Ter-Llobregat ha recuperado el agua que Barcelona tarda mes y medio en consumir. Baltasar auguró que no se volverá a entrar en la fase de excepcionalidad 2 hasta después del verano. Y las restricciones domésticas se posponen hasta febrero de 2009. La desalinizadora estará operativa en mayo del próximo año.
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