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Columna
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Milagros y autoridades

Los días 26 y 27 de la semana pasada fueron dichosos para Galicia en París. Una cita el viernes en la Embajada de España entre Emilio Pérez Touriño y miembros de la comunidad gallega, a la que acudieron más de 800 personas, cosa raramente vista en esos locales. Firma, entre otras cosas, de protocolos con el Instituto Cervantes para la enseñanza gratuita del gallego y otra reunión, mucho más íntima el sábado por la mañana, a la que tuve el gusto (a posteriori) de asistir, porque de antemano no me hacía mucha gracia. En torno al presidente de la Xunta estábamos, además de un servidor, el responsable de informática de Radio Francia, Carlos Rodríguez, y el escultor Manuel Lagoa, que yo recuerde. Contra su voluntad faltaban Ignacio Ramonet y Marc Rodríguez, director éste de la sección de lengua española del semanario Courrier Internacional, y Eduardo Cuña, que por el mundo hay paisanos en todos los lugares importantes.

Una cita en la Embajada de España en París del presidente de la Xunta con la comunidad gallega

La primera sorpresa agradable fue descubrir que tanto Touriño como su secretario general de Exteriores, Julio César Fernández Mato, son personas más frecuentables de lo que me temía. Noté en el primero una gran capacidad para escuchar (deduzco que también para entender), atento y cortés, así como para responder sin demagogia ni promesas inconsideradas. El segundo trató siempre de hallar soluciones sensatas ante discrepancias ideológicas, y me refiero a mi caso.

Con prudencia, no quisieron comprometerse de entrada con proyectos indefinidos, aceptando otros que parecen obvios y no cuestan mucho, como la creación de un sitio de Internet que aglutine a los gallegos dispersos por el mundo dispuestos a colaborar, que propuso el escultor Manuel Lagoa, y la edición de un CD con las emisiones difundidas por Radio Francia en nuestro idioma, primero a cargo de Xesús Nieto Pena (Aló Galicia, remedada después por Radio Pontevedra con el título ¡Aquí, Galiza! en homenaje a don Xesús), y después Ondas para Galiza, a cargo del firmante. Resulta que a Carlos Rodríguez Radio Francia le confió la digitalización todas las emisiones y no le será difícil recuperar las nuestras.

Yo propuse, para restablecer una verdad histórica y acabar con invenciones y leyendas (aquí fue donde más reflexivos se mostraron mis oficiales interlocutores), erigir un monumento a Prisciliano en Compostela o, tal vez más adecuado, en Fisterra, que es adonde llegaban las peregrinaciones en su gloria. Es ésta una idea que germinamos hace tiempo entre Ignacio Ramonet y yo. Incluso empezamos a tomar contacto con eruditos, intelectuales y artistas franceses y españoles (Leiro había aceptado realizar un escultura del mártir de Tréveris).

La venida a París de nuestras autoridades me reverdeció el proyecto, así que espero a que Ignacio vuelva de uno de sus innumerables viajes para relanzarlo. Y ahora que estamos metidos en religión, quiero anunciar a los creyentes de sainetes y prodigios, que ya tienen en Francia una zona para descubrir, y dejar de una vez a Lourdes, pasada de moda. Disponen de una excusa irrefutable para darse un garbeo por los Altos Alpes, en la región de Gap, rica en vinos e historia. En el pueblito de Laus, la virgen María se apareció a la pastorcilla Benita Rencurel el 28 de agosto de 1664, dándole cita con sus amiguitas para el día siguiente, aniversario de la degollación de Juan Bautista. La Bella Señora (así llamaban a María) les dio plantón, lo que no impidió que el clero local insistiera ante el Vaticano para que reconociese la veracidad del milagro.

Y ahora, cuatro siglos después y con le bendición de Roma, Benita se erige en émula de Bernadette Soubirous. De modo que la gente de Vilalba no ha de perder la esperanza. Hace unos 50 años, mi tía Morenita confesó al párroco que había visto al Niñito Jesús de medio cuerpo. El cura elevó el caso al obispo de Mondoñedo, a la sazón don Fernando Quiroga Palacios. Don Gabriel comunicó la sentencia a doña Carmen: "El obispo me preguntó si había tomado usted alguna copita esa noche". "Sí, medio vasito de Sansón". "Pues dice que si quiere ver al Niño Jesús de cuerpo entero ha de tomar el doble".

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