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Una alemana escondía los cuerpos de tres de sus hijos en el frigorífico

Los cadáveres llevaban ocultos décadas y los delitos pueden haber prescrito

Una mujer de 44 años ha sido detenida en la localidad alemana de Wenden (Renania-Westfalia), después de que uno de sus hijos encontrara en un arcón frigorífico los restos de tres lactantes. Los bebés -que son, supuestamente, hijos de la mujer- nacieron con vida y llevaban décadas congelados allí, según sospecha la fiscalía.

El hijo menor de los dueños de la casa se tropezó con el hallazgo cuando buscaba una pizza para el almuerzo entre diversos alimentos congelados. Al abrir una de las bolsas, descubrió el brazo y la cabeza de un recién nacido.

La presunta culpable es un ama de casa. Su marido, de 47 años, es electricista. El matrimonio tiene tres hijos ya adultos. Uno, de 18 años -el que hizo el descubrimiento-, otro de 22 y la mayor, de 24, que va a la universidad.

Uno de los cadáveres estaba envuelto en un periódico de 1988
La corpulenta mujer disimuló los embarazos, según la policía
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El padre de los bebés hallados en un arcón frigorífico no tenía constancia de su nacimiento

Las autoridades informaron ayer de que la mujer había confesado que había "depositado" en la cámara frigorífica los cuerpos de los niños en la década de los ochenta del siglo pasado. El delito de homicidio prescribe en Alemania a los 20 años. Uno de los cuerpos estaba envuelto en un periódico de 1988, por lo que la fiscalía teme no poder acusarla de todos los crímenes.

Los forenses esperan poder practicar hoy la autopsia de los pequeños cadáveres, que, una vez descongelados a temperatura ambiente, permitirá conocer las causas de las muertes.

Tras el macabro hallazgo, que se realizó el sábado, los hijos de la mujer, hermanos de los bebés, esperaron durante un día el regreso de sus padres para debatir con ellos qué hacer con los cadáveres. El domingo, el matrimonio acudió a la policía con su hija mayor.

La mujer tiene, según ha declarado el jefe de homicidios Herbert Fingherhut, una complexión "corpulenta". Gracias a ello pudo ocultar los tres embarazos a su marido, sus hijos y los vecinos de Wenden, una ciudad de 20.000 habitantes. En el resto de Alemania, la truculenta historia ha despertado el fantasma de los infanticidios cometidos por madres. Hace apenas un mes, el sonado caso de Sabine H. terminó con su condena a 15 años de cárcel por matar a nueve hijos recién nacidos, cuyos cadáveres escondió dentro de macetas, cubos y otros recipientes en un terreno propiedad de sus padres.

Hace un año, una mujer de Erfurt confesó haber metido a dos recién nacidos en bolsas de basura para congelarlos, porque su nacimiento entorpecía su "desarrollo profesional".

El pasado diciembre se descubrieron tres cadáveres infantiles en una casa de Plauen, Sajonia. Su madre los mató y conservaba a uno en una maleta, a otro en el balcón y al tercero en el congelador. En un caso algo diferente, la policía descubrió en Derry en diciembre de 2007 el asesinato de cinco niños por su madre, enferma mental. Son los peores ejemplos de una lista que se ha alargado inusitadamente en los últimos años.

Tras cada macabro descubrimiento arrecia en el país un nuevo debate sobre las causas de estos crímenes y cómo evitarlos. Es llamativo, en cualquier caso, que se dieran en localidades pequeñas: Wenden tiene 20.000 habitantes; Plauen, apenas 70.000 y Derry, 500. Pero, a pesar de la convivencia estrecha y los fuertes lazos de comunidad que se supone a la vida rural, en todos estos sucesos nadie vio nada, nadie supo nada, nadie sospechó nada hasta que se encontraron las víctimas.

La policía investiga la casa de Alemania donde se encontraron los cadáveres congelados de tres bebés.
La policía investiga la casa de Alemania donde se encontraron los cadáveres congelados de tres bebés.EFE

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