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Reportaje:

Del puente-fiesta al puente-trampa

Un accidente causa colas kilométricas en la A-8 en el Gran Bilbao y atrapa cuatro horas a miles de conductores

El País

Tras el puente-fiesta, el del 1 de Mayo, llegó el puente-trampa, el de Rontegi. El lunes se volvió ayer más cruel de lo habitual para los conductores que quedaron atrapados durante cuatro horas en el primer gran atasco que se registra en el anillo metropolitano de Bilbao este año. Tres factores se alinearon para devolver de golpe a la cruda realidad a miles de usuarios de la A-8: un accidente múltiple en un punto sensible, el regreso de un largo fin de semana y el primer paro convocado en las líneas de Bilbobus y Bizkaibus. Resultó un cóctel letal.

A muchos les vino a la memoria el monumental atasco vivido el 19 de abril de 2007. Entonces, la chispa que prendió la mecha del caos fue la rotura de una pasarela peatonal que estaba siendo colocada sobre la A-8 en el barrio de Basurto: las retenciones llegaron a alcanzar los 55 kilómetros. Ayer, la cifra fue más modesta -15 kilómetros-, pero el dato no supone un consuelo para los afectados.

El paro en las líneas de autobús contribuyó a empeorar el atasco

El desencadenante del atasco fue un accidente múltiple que se registró poc antes a las siete de la mañana en la incorporación al Corredor del Txorierri desde el puente de Rontegi, en Barakaldo, cuando chocaron un camión y cuatro turismos. Siete personas resultaron heridas y tuvieron que ser evacuadas a los hospitales de Cruces y San Eloy, informó la Ertzaintza. El camión, que llevaba frutas y verduras, volcó y quedó cruzado, ocupando dos de los tres carriles disponibles para acceder al Corredor.

En un abrir y cerrar de ojos, las retenciones alcanzaron proporciones gigantescas, llegando en sentido a San Sebastián hasta los túneles de Malmasín y más allá. Los responsables de seguridad de la A-8 debieron clausurar de forma temporal ambos túneles por la acumulación de gases de los vehículos atrapados. El camión no fue retirado hasta las 9.15., pero las retenciones se prolongaron hasta las once.

El comité de empresa de TCSA, concesionaria de todas las líneas de Bilbobus y las principales de Bizkaibus, se atribuyó parte del caos al entender que tuvo relación con la decisión de muchos usuarios de decantarse por sus coches ante el anuncio de paros en el servicio público de autobuses. Los trabajadores de TCSA fijaron en el 100% el seguimiento del paro convocado de 7.30 a 9.30 y de 18.00 a 20.00 e informaron de que los trabajadores cumplieron a rajatabla los servicios mínimos (el 30%). El paro se repetirá el viernes.

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