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La gran banca española esquiva la crisis con subida de beneficios

Las cinco mayores entidades financieras ganan un 6,26% más hasta marzo

Íñigo de Barrón

"Pocos bancos en el mundo podrían confirmar hoy unas previsiones de beneficios que hicieron en septiembre pasado". Con esta retadora frase resumió ayer Alfredo Sáenz, vicepresidente y consejero delegado del Santander, la situación de su entidad en comparación con los competidores internacionales.

La entidad presidida por Emilio Botín no ha sido la única que ha confirmado sus previsiones para 2008 y 2009. El lunes pasado lo hizo el BBVA, el segundo banco español. José Ignacio Goirigolzarri, consejero delegado, dijo: "No gestionamos la crisis porque no tenemos crisis". Las dos grandes entidades con presencia internacional llevan meses reclamando a los inversores y analistas de todo el mundo que les diferencien de los bancos europeos y norteamericanos.

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No sólo no tienen hipotecas basura sino que ofrecen beneficios recurrentes porque se basan en el negocio minorista. "Tener una fuente de ingresos recurrente es una de las grandes bazas en el momento en que estamos viviendo", apuntó ayer Sáenz. Son palabras que coinciden, casi al cien por cien, con las pronunciadas por Goirigolzarri.

Las dos grandes ventajas comparativas que tienen las entidades españolas son las provisiones anticíclicas, realizadas por orden del Banco de España y que suman 35.000 millones, y las dotaciones sobre los créditos morosos, que duplican la media de la banca europea. Además, parten de un nivel de morosidad más bajo que el que existe en otros países. En España es ligeramente superior al 1% cuando en otros países es el doble o incluso cuatro veces más.

En su conjunto, las cinco grandes entidades financieras españolas (Santander, BBVA, La Caixa, Popular y Caja Madrid) han ganado 5.458,1 millones de euros en los tres primeros meses del año, el 6,26% más que en el mismo periodo de 2007. Este incremento es menor que el de años anteriores. De hecho, no subía tan poco desde 2003. No obstante, esta baja tasa ha estado influida por la caída del beneficio de La Caixa, que ganó un 19,1% menos al no contar con los extraordinarios de 2007.

Por otro lado, elevar los resultados en los primeros meses de este ejercicio es un elemento destacable teniendo en cuenta que los expertos auguran un trimestre muy difícil entre las entidades internacionales similares a las españolas. Todavía no se pueden comparar las magnitudes porque no se han publicado los resultados. Casi cada semana se conocen datos negativos sobre los competidores. Ayer fue la entidad alemana Deutsche Bank, que registró en el primer trimestre las primeras pérdidas trimestrales en cinco años por la crisis financiera con unos números rojos de 141 millones.

Pero la gran banca española no se enfrenta a un camino de rosas. Los expertos sitúan tres retos que deberán gestionar bancos y cajas: caída del volumen del negocio (especialmente grave para las entidades de ahorro que han abierto muchas oficinas); morosidad al alza, impulsada por la subida de los tipos, la caída del valor de los activos inmobiliarios y el paro. El acceso a los mercados empieza a corregirse. Ayer mismo el Banco Sabadell colocó una emisión de 1.250 millones en cédulas hipotecarias a un plazo de dos años. El diferencial que se ha pagado es de 0,53 puntos sobre el Euríbor. El 80% se ha colocado en el mercado internacional entre grandes inversores.

Según las cabezas más representativas del sector, como el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín, "este año, el negocio no debería subir más del PIB nominal", que puede acercarse al 7%. "Los cálculos lejanos a esta cifra no son realistas", explicó Martín. Esta caída de volúmenes obligará a las entidades a elevar los márgenes que obtienen con los créditos y depósitos.

Pero los analistas no creen que todos lo consigan. El problema es que en España hay unas 45.000 oficinas bancarias, de las que casi 25.000 pertenecen a cajas. La estrategia de expansión de muchas entidades de ahorro ha estado ligada a las promociones inmobiliarias, que ahora atraviesan serias dificultades. Por eso, los ojos están puestos en cómo saldrán de la situación.

Precisamente ayer, la agencia de calificación de riesgos Moody's recortó el rating de Caja Insular de Canarias, Caja Ávila, Caja Segovia y Cajamar, la caja rural más grande. Además, la agencia mantiene bajo vigilancia a Caixa Catalunya, Caixa Tarragona, Caixa Terrassa y las valencianas Bancaja y CAM.

El anuncio provocó la reacción del director general adjunto de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA), José Antonio Olavarrieta, que defendió la solvencia de las cajas. Olavarrieta aseguró que esta situación no va a afectar a la confianza depositada por los clientes en el sector porque tiene mínimos de morosidad y altas tasas de cobertura.

Al margen de su opinión sobre esas entidades, Moody's rebajó a negativa la perspectiva de la banca española en su conjunto debido a "un debilitamiento más pronunciado del mercado inmobiliario doméstico del inicialmente anticipado". Sin duda una mala noticia para el sector. Habrá que comprobar el efecto de este jarro de agua fría en los mercados.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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