La piqueta amenaza las cumbres de Segària
Ni siquiera la actual crisis urbanística puede evitar que la sombra de la construcción planee sobre las cumbres vírgenes de Segària, una de las montañas más emblemáticas de La Marina Alta ubicada en el término municipal de Ondara. El Ayuntamiento, gobernado por el PP con mayoría absoluta, ha sacado a exposición pública un plan de la empresa Montarol Agrícola S. L. para construir 400 viviendas en los 400.000 metros cuadrados de terrenos que la mercantil tiene en la parte alta de Segària.
El alcalde de Ondara, Ximo Ferrando, se escuda en una sentencia del TSJ valenciano que obligaba a iniciar la tramitación de este plan urbanístico rechazado por el pleno la pasada legislatura. Ni Ferrando ni su gobierno han aclarado si finalmente se aprobará esta actuación urbanística, que como mínimo comportaría un fuerte impacto visual y ecológico en la sierra.
El Ayuntamiento de Ondara no ve mal un PAI con 400 casas en la sierra
Para la oposición, conformada por PSPV y BNV, la integridad medioambiental de Segària se encuentra realmente en peligro. Primero, porque las pretensiones de la empresa se apoyan en un acuerdo alcanzado en 1988, por el que la mercantil cedía 94.000 metros cuadrados para un parque público y a cambio el Ayuntamiento reclasificaba como urbanizables los 400.000 metros cuadrados de suelo de la montaña.
Pero es que además, socialistas y nacionalistas han acusado a Ferrando de rechazar el plan de Montarol para promocionar otro proyecto urbanístico aún más ambicioso: la construcción de dos mil viviendas y un campo de golf en la parte baja de la montaña, en la partida de Vinyals, donde las 400 viviendas propuestas por la mercantil podrían encontrar acomodo.
El futuro de Segària fue una cuestión candente en la última campaña electoral. El alcalde se comprometió a evitar la urbanización de Segària mientras que la oposición le acusó de encubrir su intención de dar luz verde a la construcción masiva y al campo de golf después de que se celebraran las elecciones, que ganó Ferrando.
El plan de Vinyals causó una honda polémica hace unos años y provocó la celebración de multitudinarias manifestaciones convocadas por los ecologistas y las fuerzas de la oposición para oponerse al mismo y preservar el paisaje virgen de Segària.
Las protestas arreciaron en 2004 y supusieron el momento más delicado del gobierno del PP, que hasta entonces había gobernado en Ondara con relativa comodidad. La contestación social motivó que el proyecto quedara paralizado, aunque, cuatro años después, la oposición sigue mostrando su temor a que el mismo pueda reactivarse en cualquier momento.
Las manifestaciones no frenaron sólo el campo de golf de Ondara. En la pasada legislatura, cuando el urbanismo se encontraba en su máxima expansión, la unión de colectivos vecinales y ecologistas también detuvo otros ambiciosos proyectos inmobiliarios en el interior de la comarca de La Marina Alta.
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