El centenario balneario Blancafort pide suspender pagos

El empresario valenciano Vicente Muñoz-Pomer recuperó el inmueble del centenario balneario Blancafort de La Garriga (Vallès Oriental) en 2002 y lo reabrió tres años más tarde convertido en un hotel de gran lujo con instalaciones termales.

Ahora el propietario se enfrenta a un concurso voluntario de acreedores (la antigua suspensión de pagos) que, según fuentes cercanas al empresario, ha presentado su sociedad, VMP, a los juzgados mercantiles de Barcelona.

El negocio de Muñoz-Pomer tiene contraída una deuda de alrededor de 40 millones de euros. La mayor parte corresponde a un préstamo que suscribió con una entidad financiera a 10 años cuando adquirió el edificio para rehabilitarlo y cuyas cuotas, según las mismas fuentes, son ahora "prácticamente inasumibles". El principal problema, añaden, es que el banco se deshizo del crédito y lo asumió un fondo de inversión, lo cual les ha dificultado cerrar un acuerdo de refinanciación.

El hotel balneario Blancafort, inaugurado en el año 1840, de momento seguirá abierto "sin problemas", sostuvieron estas fuentes. Y añadieron que si las cuotas se han convertido en inasumibles para la empresa es porque desde hace unos meses la actividad del establecimiento ha descendido por la ralentización de la economía. Ello ha contribuido, agregaron, a que se agravara el "problema de tesorería" que tenían por la concentración del crédito en sólo 10 años. El juez deberá decidir ahora si acepta la petición de la sociedad.

La sociedad, además, tiene pendiente abonar varias cuotas a la Seguridad Social, cuyo pago ha solicitado ir aplazando, señalaron estos medios. Por ello, ha presentado el concurso de acreedores. A partir de ahora, tratará de captar más clientela para llenar las 154 habitaciones de que dispone, de las cuales 27 son suites.

Uno de los alicientes del hotel es su historia desde su inauguración; por ejemplo, el novecentista Eugeni d'Ors se inspiró en sus jardines para publicar en 1916 la obra L'oceanografia del tedi. Junto con su arquitectura, es uno de sus reclamos. Pero hay más: los tres restaurantes, las piscinas, los jacuzzis y el centro termal.