Un nombre histórico

Rodríguez Zapatero ha conseguido que el segundo país en importancia agrícola de la Unión Europea sea uno de los pocos que carezca de un ministerio propio. Y es que, que Espinosa renueve en el cargo era algo esperado por el sector, a pesar de haber tenido un mal inicio y de que en los últimos meses tardó en reaccionar ante la crisis de los ganaderos, y tuvo no pocos problemas con los pescadores. Pero con lo que nadie contaba, de ahí las críticas de casi todas las OPAs y otras organizaciones, era con la desaparición de la denominación Agricultura y Pesca de la cartera ministerial.

Esto deja una duda más que razonable en el aire: si ambas actividades han pasado a un segundo plano a ojos del Gobierno, quiere decir que Zapatero apuesta más por una política rural global que por mantener agricultura y pesca como motores del desarrollo de las zonas menos pobladas.

Por tanto, no se puede aplaudir una decisión que elimina de un plumazo un nombre histórico, parece que en ella también ha debido pesar el pragmatismo del presidente. Si se hubiera atrevido a llamarlo, por ejemplo, Ministerio de Agricultura, Pesca y Cuidado del Entorno Natural podría haber contentado a más. Pero, desgraciadamente, la agricultura no parece tener quien la defienda, al menos en el Gobierno.

Es así que esta acción me lleva a pensar que el presidente está en otro mundo, pues no se entiende que con una crisis de precios de los alimentos, con falta de abastecimiento de éstos a nivel mundial, con perspectivas poco favorables a una pronta recuperación de stocks, al Sr. Rodríguez se le ocurre cargarse por decretazo uno de los ministerios españoles con más historia.