"La integración se mueve del conflicto a la negociación"
Mario Peucker (Ingolstadt, Alemania, 1973) trabaja como investigador del Foro Europeo de Estudios Migratorios de la Universidad de Bamberg. Ayer participó en San Sebastián en el cuarto Encuentro de Derechos Humanos organizado por la Diputación guipuzcoana y la Universidad de Deusto, centrado en la discriminación hacia los inmigrantes y en cómo lograr una mayor cohesión social.
Pregunta. ¿Cómo entiende usted la integración social?
Respuesta. Es un concepto que se percibe de un modo distinto en cada país europeo. Incluso en Alemania existen distintas ideas, pero la comprensión común es que es un proceso que cambia a la comunidad y a las minorías. La asimilación es importante. Es importante aprender el idioma del lugar al que llegas y respetar normas constitucionales básicas. La pregunta abierta es hasta qué punto los grupos minoritarios pueden mantener sus propios valores culturales. Desde una perspectiva de Derechos Humanos, es importante que puedan continuar con ellos, siempre que no violen los derechos constitucionales.
"La educación no ha aprendido aún a reaccionar a la diversidad étnica"
P. Esa es la teoría. La práctica resulta más complicada.
R. La integración es siempre un proceso que se mueve a través del conflicto y la negociación. Cuando llegan nuevos inmigrantes, surgen nuevas preguntas. Por ejemplo, ¿pueden construir una mezquita los musulmanes? Hay quien no quiere, pero existe un derecho a hacerlo. Surge pues un conflicto que debe ser negociado, siempre basándose en la Constitución.
P. Habla del mercado laboral como uno de los principales focos de discriminación.
R. En el mercado laboral se compite para ganar posiciones, dinero, prestigio profesional..., y por eso es una de las áreas más vulnerables a la discriminación.
P. ¿En qué otros campos se manifiesta?
R. Una discriminación directa se produce en el acceso a la vivienda. Si hay muchas casas vacías, la discriminación baja. Si el mercado es pequeño, entra en juego la competencia y surge la discriminación. Aunque es difícil demostrar que un casero no quiere alquilar a un inmigrante. En la educación hay más discriminación indirecta, porque el sistema educativo no ha aprendido aún a reaccionar a la diversidad étnica.
P. Silvio Berlusconi quiere cerrar las fronteras de Italia a la inmigración y crear campos de detención para identificar a los extranjeros sin empleo.
R. No ayuda a superar la crisis económica en Italia y genera un sentimiento xenófobo en la población.
P. ¿Ante estas intenciones y la anunciada desaceleración económica, teme que puedan darse conflictos sociales?
R. Si una sociedad va bien económicamente, todo el mundo está contento y los sentimientos xenófobos disminuyen. Si la economía se ralentiza, la norma general es que esos sentimientos aumentan.
P. ¿Cómo puede evitarse esa situación?
R. Es una pregunta muy amplia, pero la educación, desde luego, es muy importante. Los inmigrantes tienen que aprender a integrarse. Hay que generar leyes antidiscriminación. Los políticos deben dedicar dinero a realizar nuevos estudios sobre la discriminación étnica.
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