A pie por el canal
Del desierto al oasis agrícola. Si durante siglos fue una de las comarcas más áridas de Cataluña, en estos tiempos modernos se caracteriza por ser un auténtico huerto de campos de frutas y de cultivos de cereales. El Pla d'Urgell ha hecho realidad el sueño de antiguos monarcas, como Carlos I y Felipe II, que intentaron crear una red de canales que abastecieran de agua la zona. Los árabes, durante la ocupación musulmana en la península Ibérica, fueron los primeros que establecieron una red de acequias que regaban algunas parcelas de la comarca. Pero, no fue hasta el siglo XII cuando se construyó el canal d'Urgell, la gran vía fluvial que abastece la llanura con las aguas del río Segre. El canal dispone de cuatro acequias que alimentan la vida por esta tierra antiguamente inhóspita. Esta laberíntica red de ríos artificiales y caminos de mantenimiento de la tierra es una magnífica aliada para los excursionistas, que en esta comarca de Lleida pueden gozar de una perspectiva inédita de Cataluña.
El paseo que se propone recorre la tercera acequia del canal y descubre lugares emblemáticos de Cataluña. La ruta no presenta desniveles importantes y discurre íntegramente por pistas, aptas también para ciclistas. Una advertencia: el exceso de polen en esta época primaveral y el polvo que levantan los tractores son los principales inconvenientes del itinerario.
La ruta transcurre por un camino en que el caminante está amparado por la sombra de los plátanos. El paseo se inicia en Mollerussa y camina, siempre a la orilla del canal, hasta llegar al lugar denominado Salt del Duran, una fuente de agua fresca potable, un auténtico paraíso cuando aprieta el calor. Siguiendo por la carretera, pronto se otea el pueblo de Vilanova de Bellpuig. A la salida de la localidad, el caminante se adentra de nuevo en el camino hacia Mollerussa en medio de grandes extensiones de campos de frutas y cereales hasta toparse con la Llacuna, un estanque que se nutre del agua de las acequias y que se convierte en una reserva de fauna y flora. En definitiva, es un paseo por los canales artificiales de antaño, limpios de cualquier impacto medioambiental de los trasvases modernos de los ríos.
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