Welcome to Guantánamo
1
- No lo hago de forma deliberada, pero a primera hora de la mañana la lectura de Acrollam, de Biel Mesquida, acaba convirtiéndose en un ejercicio de preparación de la extraña actividad que me espera en cuanto llegue por la tarde a casa un mensajero con la lista completa de prisioneros de Guantánamo.
Voy leyendo Acrollam -99 aguafuertes sobre la vida en la Mallorca de ahora- y me adentro en la gran bulla de vecindario que es la isla en manos de la alquimia habitual de Mesquida: prosa extraordinaria y una sensual charanga mediterránea; voces para las maravillas, pero también para el infierno. Hay generosidad de registros ahí y Mesquida se enseñorea de tantos que sin darme cuenta confecciono una lista -hoy, por lo visto, será el día de las listas- de seres vivos y muertos y de seres muertos muy vivos que circulan a lo largo y ancho de los aguafuertes: Pep-Maür Serra i Garau, Damià Puigbó, Margalida Corteza, Jayne Mansfield, Tina López, Toni Aloy, la niña Petronila, Maria Teresa Sambuca, la madó Beneta Salvà, Maciana de Costitx, Gina Lollobrigida, Quica Colom, Jaume Pelat, Isabel Suau, Julià del Pou Fondo...
Voy leyendo y en ocasiones la isla de Acrollam se me presenta emparentada con el gran patio de vecinos que era el mundo de Baroja o con el zafarrancho aquel de la Via Merulana que describiera, en certeras estampas, el romano Gadda. A medida que viajo por Acrollam, me siento cada vez más curtido en listas y más preparado también para la llegada extraña de los 558 nombres propios de los presos de Guantánamo. Cuando llegue la relación de prisioneros, pasaré a trabajar en ese encargo que se escapa de mis ocupaciones habituales, pero que me ha parecido ineludible: la ordenación de los nombres propios de los presos con destino a la dramática banda sonora del pabellón Welcome to Guantánamo de la exposición que prepara Alicia Framis para el CASM de Barcelona.
Tal vez porque estoy condicionado por la espera, imagino y sueño con listas incluso en el libro que leo y acabo descubriendo que Acrollam puede ser vista también como una letanía incesante de nombres, de listas algunas no imaginadas, como la que el autor encuentra en el centro de la isla en una revista abierta en doble página, donde puede verse a diversos famosos en vespa: Anthony Perkins, Luis Miguel Dominguín y Lucía Bosé, Alberto Sordi, Aldo Fabrizi... La letanía de los famosos es interminable y la cierra con chispa Mesquida marchándose de improviso con la vespa del sueño y de la vida: "Encara que no ho creguis, he somiat en la camilla. Tot quant hi havia damunt agafava vida".
2
- Ya en 2004, por poner un solo ejemplo de denuncia de este atentado continuo a los derechos humanos, The New York Times publicó un informe del Comité Internacional de la Cruz Roja, donde se hablaba de varias actividades en Guantánamo que eran "equivalentes a tortura": exposición a ruidos o música molesta, temperaturas extremas por tiempo prolongado, palizas... El informe hablaba también de la existencia de un equipo científico de comportamiento (BSCT), también llamado Biscuit, que se dedica a pasar información médica confidencial a los equipos de interrogación, dando por resultado la pérdida absoluta de confianza en los médicos por parte de los presos.
3
- Al mediodía, desplazo la atención hacia Proceso al azar-El espectáculo de la inteligencia, la bella caja que contiene conferencias, libros y cinco DVD con la grabación y edición integral que realizara Gonzalo Herralde del histórico gran debate sobre el papel del azar en la ciencia que tuvo lugar hace 20 años en el Teatro Museo Dalí de Figueres, debate que organizaran Jorge Wagensberg y el propio pintor y en el que participaron -me encuentro con una nueva ristra de nombres- Peter Landsberg, Günter Ludwig, René Thom, Evry Schatzman, Ramón Margalef, Ilya Prigogine...
De este espectáculo de la inteligencia paso a otro que, además, lleva incorporado gran potencial irónico, un 'Tratado sobre la patata' escrito por Danilo Kis en ese libro excepcional que es Circo familiar. En el fragmento supuestamente escrito por un demente se nos dice que ha llegado el momento de pensar en "la mala hierba divina de la tierra, dispersa por el mundo, extendida en todos los continentes, exactamente igual que esta infeliz patata (Solanum tuberosum) que proviene, como nosotros, de las lejanas tinieblas de la historia y de la tierra...".
El discurso de Kis sobre la mala hierba coincide, a media tarde, con la esperada llegada del mensajero con la lista siniestra de Guantánamo que remite al reverso feroz y criminal de todo espectáculo de la inteligencia. De inmediato, me adentro en las tinieblas de la lista de 558 presos y voy encontrando ahí una salmodia de nombres propios que paso a ordenar auditivamente, siempre pensando en Blixa Bargeld, que el 5 de mayo habrá de poner su voz en la grabación.
Y así van cayendo, como si fueran la letanía obsesiva de un rosario del dolor contemporáneo, los nombres de Njeb, Yusif, Sadeq, Laacin, Mehrabamb, Habib, Salam, Hussain, Khalid, Fayiz, Sabir, Lakhdar, Hassan, Shakhrukh, Saidullah, Hajiakab, Farg, Mutis, Mustafa, Dawut, Abdulli...
Decido que intercalaré los nombres de Mohamed, Abdul, Alí, (los tres más frecuentes) a modo de repetición que puntúe la cantinela interminable. El trabajo no ha hecho más que empezar, pero confirmo que, tal como sospechaba, lo más extraño de todo es ver cómo los nombres de 558 extraños van tomando forma y dejando de ser entes abstractos, hombres perdidos en las tinieblas de la historia y de la tierra.
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