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La fiscalía decide la próxima semana sobre el 'caso Iriondo'

La Fiscalía de La Rioja pudo recibir finalmente ayer la versión del conductor que atropelló y mató al joven Enaitz Iriondo el 26 de agosto de 2004. Tomás Delgado compareció en Logroño ante el fiscal jefe, Juan Calparsoro, quien busca reabrir la causa penal contra Delgado tras la demanda que éste presentó contra la familia del joven, a la que exigía 20.000 euros por los daños a su vehículo. Calparsoro declaró que resolverá la semana entrante si pide o no la reapertura de un procedimiento penal contra Delgado. De hacerlo, deberá resolver el juzgado de Haro, que desestimó la causa en su momento. "No ha habido novedad relevante" en la declaración, según declaró el fiscal a EL PAÍS.

Delgado mantiene ante el ministerio público su versión del siniestro mortal

Delgado se siente "cabeza de turco" y una "víctima", según relató su abogado, Santiago Gimeno. "Esto es un circo, se está destrozando la vida de una persona", añadió. El letrado explicó que los datos del nuevo informe elaborado por la Unidad de Reconstrucción de Accidentes de la Guardia Civil de Tráfico, que contradicen varios puntos clave del atestado inicial, "no cambian nada, ni en el fondo, ni en la forma", debido a que el caso ya ha sido "juzgado y archivado".

Al ser preguntado por la condena por conducción temeraria en 1992 contra su cliente, que atropelló a un niño y su madre en Pamplona, explicó que "el niño se le echó encima del coche" y alegó que "su madre tenía que llevarle de la mano" para haber evitado el suceso. "Además, mi cliente llevó él mismo al niño al hospital", recalcó Gimeno. "Tiene que hacer 70.000 kilómetros de carretera al año; es normal que tenga percances", argumentó sobre las múltiples multas por exceso de velocidad y mal aparcamiento acumuladas por Delgado.

Según Gimeno, Delgado "reconoce que iba a más de 90 km/h" el día que mató a Enaitz, límite de la carretera comarcal donde sucedió el accidente, pero mantiene que "él no podía hacer nada para evitarlo". El nuevo atestado cifra entre 140 y 160 km/h la velocidad a la que iba Delgado cuando se llevó por delante a Enaitz, en vez de los 113 estimados en el primer atestado. Sobre el cubata de whisky que Delgado dijo haberse tomado poco después del atropello para calmarse, su letrado apuntó que "alguien de por la zona le ofreció la bebida poco después del accidente", y recordó que el test de alcoholemia dio negativo (0,15mg) en el primer atestado. El nuevo marca entre 0,23 y 0,27mg, y el límite legal es 0,25.

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