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Una maquinaria lista para manipular 200.000 votos

El Gobierno de Harare tiene problemas para presentar un resultado creíble, según los observadores occidentales

"El Gobierno estaba preparado para manipular 200.000 votos, pero todo indica que el margen a favor de la oposición es muy superior y se les ha complicado. No saben cómo salir de ésta", asegura un experto occidental en Harare con años de experiencia en el país surafricano.

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El dispositivo gubernamental incluía algunos puntos difíciles de denunciar, pero fáciles de apreciar visitando los colegios. En las zonas afines hubo muchos más centros de votación, con lo cual votar era mucho más fácil. En los lugares donde la oposición arrasa era necesario formar colas de hasta 500 personas y esperar todo el día. Eso si finalmente el votante estaba incluido en el censo: muchos fueron cambiados de lugar sin aviso, lo que complicaba el voto, sobre todo en un país en el que el transporte se ha vuelto imposible para buena parte de la población, que soporta una inflación del 100.000%. Un 20% de los votantes fueron rechazados, según estimaciones independientes.

El censo era precisamente el asunto más problemático. Incluía muertos y en zonas desérticas de Harare Norte constaban censados 8.500 personas que llegaron en autobuses y votaron en un puesto improvisado. Oficialmente, se trata de parcelas redistribuidas con la reforma agraria y sus dueños estaban registrados allí. Pero es un terreno desértico, abandonado, donde la maleza crece sin control y no hay signo de vida humana.

No fue la oposición quien denunció esta operación en Harare, sino los observadores del Congreso Panafricano, que mantienen buenas relaciones con el régimen de Robert Mugabe. La oposición teme que la misma acción se haya reproducido en zonas rurales a las que apenas tiene acceso porque el control del Gobierno es allí muy férreo.

La clave del posible pucherazo no se desvelará hasta que el Centro Electoral Central difunda los resultados. El censo oficial es de 5,9 millones de personas y todas las estimaciones coinciden en que cerca de tres millones han abandonado el país desde 2000 por la crisis y no se les ha permitido votar por correo. El consenso entre los diplomáticos occidentales es que, en consecuencia, las cifras de participación no pueden superar los tres millones, lo que significaría ya una altísima afluencia a las urnas de acuerdo con la población real.

Algo parecido sucede con el voto por correo, autorizado sólo para los funcionarios que trabajan con motivo de las elecciones. Hay alrededor de 9.000 registrados, pero el Gobierno imprimió 600.000 papeletas para ellos. Si el número de votos por correo superara los 9.000, el fraude sería manifiesto.

El Movimiento para un Cambio Democrático (MDC, en inglés) insistió ayer en que las elecciones no habían sido limpias, pero confiaba en que su apoyo es supuestamente tan arrollador que las trampas no lograrán impedir su victoria. ZESN, la red de 40 ONG locales con financiación occidental que vela para que los comicios sean justos, también fue cauta: denunció irregularidades, pero no las suficientes como para invalidar el proceso, a la espera, eso sí, de los datos oficiales.

La mayor atención estaba puesta en el SADC, la principal organización regional surafricana, tradicionalmente comprensiva con Harare. Anoche celebró una multitudinaria conferencia de prensa, a la que asistieron apretujadas centenares de personas: denunció algunas irregularidades, pero no las suficientes como para descalificar las elecciones, que avaló globalmente. La sorpresa es que el aval vino antes de que el comité electoral oficial anunciara un solo dato, 24 horas después del cierre de las urnas. La SADC hizo un llamamiento a todos los partidos a acatar los resultados que ofrezca el comité electoral, controlado por el régimen y que anoche guardaba silencio.

Un partidario de Mugabe.
Un partidario de Mugabe.

Trucos electorales

- El censo oficial tiene casi seis millones. Tres millones han emigrado por la grave crisis económica. No tienen derecho a votar por correo. Una participación superior a tres millones sería sospechosa.

- El régimen ha puesto todo tipo de trabas. Se calcula que un 20% de votantes comprobaron que les habían cambiado sin avisar de colegio electoral. En las zonas favorables a la oposición faltaban papeletas y urnas. Había que esperar horas para votar. No es así

en las áreas partidarias

de Robert Mugabe.

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