Gasta muy poco
El Justy es un utilitario pequeño y sencillo que cumple muy bien en ciudad y permite también hacer algún viaje en carretera. Al principio no resulta agradable, porque muestra un tacto bronco y una sonoridad mecánica excesiva que no transmiten calidad. Pero, después, a medida que se conduce, gusta más y aparecen sus virtudes. Tiene una posición de conducción alta y cómoda para ser un utilitario, un acceso fácil que evita agacharse mucho y unos asientos ergonómicos. Pero el diseño y los acabados son austeros y denotan que es un coche económico. En cambio, el acabado Limited incluye un equipo de serie correcto, aunque sin opciones, y no puede ofrecer detalles habituales en otros rivales, como el ESP.
Un motor pequeño pero alegre
Este Subaru sólo se vende con un pequeño motor 1.0 de gasolina y un cambio manual de cinco marchas. Rinde 70 CV y responde bien a pesar de su baja cilindrada, porque mueve el peso sin pereza y se defiende en ciudad y carretera.
Tiene sólo tres cilindros y muestra un tacto más áspero y rumoroso de lo habitual en los coches más modernos de su tamaño, pero es elástico a bajo régimen y sube de vueltas con nervio hasta cerca de 6.500 revoluciones. Así, en ciudad permite circular con cierto brío sin tener que reducir a menudo. Y en carretera llanea bien, aunque exige manejar el cambio con decisión al adelantar y reducir a cuarta en las subidas para no perder ritmo. Pero, dentro de su planteamiento sencillo, es un coche polivalente que ofrece unas prestaciones suficientes para no agobiar en los viajes.
Sin embargo, lo mejor del Justy es sin duda el consumo, porque hay pocos utilitarios de gasolina que gasten menos. Apenas pasa de cinco litros en conducción tranquila, sólo llega a seis cuando se apuran las marchas o a plena carga, y es difícil llegar a siete, incluso en tráfico urbano denso. Y su eficiencia se refleja en las emisiones, sólo 118 g/km, lo que evita pagar el impuesto de matriculación.
Estable y consistente
A pesar de que la insonorización deja pasar en exceso los ruidos mecánicos y de rodadura, el Justy tiene unas reacciones nobles y consistentes que dan seguridad en carretera. Sorprende la fidelidad con que obedece a la dirección en las curvas, al menos con las llantas del acabado Limited (14 pulgadas). Pero también destaca su agarre, porque mantiene los trazados con exactitud y no muestra ningún conato de deslizar, ni siquiera cuando se fuerza la trayectoria en el volante. Así, circula casi sobre raíles, balancea poco y resulta ágil y manejable en todas partes: ciudad, carreteras viradas o autopista. Y transmite seguridad y aplomo, ofreciendo un confort correcto, incluso en pisos bacheados.
Los frenos también paran con rapidez, sin acusar la fatiga cuando se les exige, y sólo le falta el control de estabilidad ESP, una garantía ante imprevistos, en especial con lluvia o pisos resbaladizos.
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