El PSC quiere ser 'pal de paller'

Si Convergència i Unió (CiU) fue algún día la fuerza central del catalanismo, el pal de paller en lenguaje pujolista, ahora le toca al Partit dels Socialistes (PSC) asumir este papel. Así lo defienden con uñas y dientes los socialistas catalanes, que acudirán a su congreso de julio con este leitmotiv y con el objetivo de sentar las bases para que las elecciones autonómicas dejen de resistírseles. A diferencia de su congreso de 2004, donde los socialistas se conformaban con tener la centralidad dentro de las fuerzas de progreso, el PSC quiere convertirse ahora en "el nuevo marco de referencia del catalanismo".

Así lo especifica la ponencia marco que hoy aprobará el Consejo Nacional del Partido y que será la base del congreso en el que los socialistas catalanes reafirmarán su proyecto y elegirán su nueva ejecutiva. No puede negarse que el proyecto es ambicioso. Al PSC le queda mucho trabajo por delante si quiere repetir en las elecciones autonómicas su éxito de las generales. El primer secretario del PSC y presidente de la Generalitat, José Montilla, debería duplicar sus resultados de 2006 para alcanzar los 1,6 millones de votos cosechados por su partido el 9-M.

Los socialistas creen tener la receta para lograr su objetivo: hay que aprovechar el escaparate que supone gobernar en la Generalitat. Implícitamente, el PSC reconoce que su mal resultado histórico en las autonómicas se debe a que el partido no ha logrado construir o transmitir un proyecto para Cataluña. "El alejamiento del Gobierno autónomo hasta 2003 dificultó la elaboración y la difusión de un proyecto propio para Cataluña", admite.

Y ahora también cree haber hallado este talismán: el discurso del catalanismo social con el que Montilla se presentó a las elecciones y que el Gobierno catalán está desarrollando desde 2006. El otro ingrediente serán altas dosis de federalismo. Hasta 55 veces aparece la palabra federal en el documento frente a las 28 veces que la utilizaron en la ponencia de 2004. Todos estos ingredientes son los que la actual dirección del PSC pondrá sobre la mesa en julio para conseguir un congreso tranquilo y sin sobresaltos. "Estamos en un momento dulce, pero no queremos un happy birthday", señaló ayer el viceprimer secretario y portavoz del partido, Miquel Iceta.

Este momento dulce para los socialistas -el PSC gobierna en todas las instancias de la administración- hace pensar a los actuales dirigentes del partido que nadie les moverá la silla. Es más, por ahora resulta muy difícil pensar que alguien se atreva a disputarle el liderazgo a José Montilla.

Pero, por si acaso, la dirección del PSC ha empezado a blindarse. La ponencia marco que ayer presentó Miquel Iceta habla de "renovación", pero evita concretar, como lo hacían documentos anteriores del partido, si esta renovación debe alcanzar la estructura de dirección del partido o si debe limitarse al discurso.