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Entrevista:CAFÉ CON... MANUCHEHR MANTEGHI

"En el año 2016 fabricaremos el 1% de todos los coches"

Ángeles Espinosa

Para un iraní es inconcebible que un extranjero, menos aún una mujer, pretenda invitarle a comer en su propio país. La hospitalidad supera el tópico. Si a eso se une la apretada agenda del presidente y director general de Iran Khodro, no queda más remedio que conformarse con compartir un café, justo después de la plegaria de la tarde. Aun así, Manuchehr Manteghi (Teherán, 1955) apenas da un sorbo a su taza. Resulta modesto para un hombre que en cinco años ha triplicado la producción de turismos y cuadriplicado los ingresos, haciendo de Iran Khodro la primera empresa de Irán fuera del sector petrolero.

Su aspecto de asceta y su barba de varios días encajan a la perfección en el estereotipo de revolucionario iraní. Pero Manteghi rompe los moldes igual que rompió la inercia estatalista de Iran Khodro tras su llegada a la dirección. Para empezar, no abre la conversación con el manido "en el nombre de Dios" de todos los funcionarios iraníes. Tal vez no necesita demostrar su religiosidad, la considera algo privado o simplemente prefiere dejar a Dios al margen de la cuenta de resultados. Manteghi exhibe además una sonrisa franca e inusual facilidad comunicativa, posible fruto de sus años de profesor universitario.

El director de la empresa iraní de automóviles elogia sistemas occidentales

"Cuando llegué producíamos 200.000 unidades de cuatro modelos y 150.000 eran Peykan", recuerda en referencia al que fuera coche nacional iraní durante 40 años. Se propuso diversificar, pero para ello tuvo que enfrentarse a una cultura empresarial renuente al cambio. "No fue fácil", admite, "si en una familia de tres o cuatro personas ya es difícil conseguir la unanimidad, imagínese con 20.000 trabajadores". Y, como padre de tres hijos, este hombre casado con una dentista, sabe de qué habla. La decisión de dejar de producir el Peykan también tuvo sus críticos en la Administración.

Sin embargo, consiguió lo que muchos consideraban imposible. Motivar a la plantilla, firmar acuerdos con varias compañías extranjeras que permitieran modernizar la tecnología. Hoy de Ciudad Peykan, a las afueras de Teherán, salen una veintena de modelos y no sólo los nacionales Samand, como el que conduce el propio Manteghi, sino peugeots, renaults y nissans bajo licencia. Además, tienen la vista puesta en otros mercados.

"Nuestro objetivo no es sólo fabricar automóviles para los iraníes, sino exportarlos. Para 2016 fabricaremos el 1% de todos los coches del mundo", declara con la convicción de quien sabe que puede lograrlo. Un 1% sobre una producción prevista de 80 millones son 800.000 turismos.

Algo tiene que ver con su estilo de trabajo próximo a sus empleados. Lo demuestra al vestir la chaqueta de uniforme en vez del habitual traje con camisa de cuello Mao que es la norma en Irán, donde la corbata está proscrita como símbolo occidental. Sabe que transmite una imagen. "En el ministerio hay quien me critica porque cuando tengo visitas se me ve en televisión con ropa de trabajo, pero esto me acerca a los trabajadores", señala.

Reconoce sin complejos que se ha inspirado en modelos extranjeros de gestión y dirección de empresas. "Tanto en Estados Unidos como en Europa hay ejemplos excelentes y debemos aprender de lo bueno que ellos ya han experimentado", declara. ¿Seguiría siendo una empresa líder si hubiera plena libertad para que las compañías extranjeras se instalaran en Irán? "Inicialmente, tal vez no, pero a medio y largo plazo, seguro que sí", manifiesta confiado.

Factoría Iran Khodro. Teherán

- Dos cafés

Invitación de la empresa

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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