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Reportaje:

"¡Esto está tirado! Me lo llevo"

La afluencia de españoles se multiplica en las principales calles de Manhattan

"¡Esto está tirado!". "¡Me lo llevo!". Cargados de bolsos y con las billeteras rebosantes de euros, como si fueran cruzados en busca del Santo Grial, cientos de españoles buscaban la próxima ganga mientras pronunciaban frases como éstas frente a los escaparates de la calle Broadway, en Nueva York, el pasado jueves. La invasión de españoles durante la Semana Santa en la Gran Manzana parecía casi una segunda reconquista de América: por todas partes se escuchaba hablar castellano con acentos de toda la geografía española. Aprovechando la debilidad del dólar, los europeos han optado por cruzar el océano y desembarcar masivamente en una ciudad cuyos responsables se frotan las manos cuanto más bajo cae su moneda.

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"En este país hay crisis, pero en Nueva York no lo estamos notando. Al contrario, el turismo no ha dejado de subir en los últimos dos años y los españoles figuran en el puesto número uno de la lista de los que más crecen" explicó a este diario Christopher G. Heywood, director de relaciones públicas de la oficina de turismo de la ciudad NYC & Company.

Los datos que maneja Heywood indican que el número de visitantes españoles ha subido un 37% en apenas un año, pasando de los 255.000 turistas de 2006 a los 350.000 del ejercicio pasado. Aún no hay datos de los últimos tres meses, pero no parece que el miedo a la crisis que planea en Europa esté afectando a la voluntad de viajar.

Un 6% más en 2008

"Todo parece indicar que el turismo sigue subiendo. El 17% de las 46 millones de personas que visitaron la ciudad el pasado año son extranjeros, y son los que generan el 50% del volumen de gasto", afirma Heywood. Las previsiones indican que a finales de 2008 habrá un incremento del 6% respecto al año pasado, ante la debilidad del dólar. "Los británicos son los que más gastan, pero los españoles figuran también en los primeros puestos -concretamente, en el séptimo-, con un gasto medio de 178 dólares por día y persona y estancias medias de una semana. Su actividad principal es ir de compras, muy por encima de salir a cenar o visitar museos", añade.

En el establecimiento de Apple, en el corazón del Soho neoyorquino, la presencia de españoles es contundente. El jueves, en una cola de una veintena de personas frente a las cajas registradoras, siete de ellas eran de Madrid. Allí estaban el jueves Guillermo Devejenois, analista financiero, y su amigo Esteban Ballesteros, científico. Ambos habían vivido en Nueva York cuando la peseta estaba viva y en este viaje se estaban resarciendo de todo lo que no podían hacer entonces debido al cambio desfavorable. "Es una maravilla. Hemos ido a Macy's y hemos comprado baratísimo ropa de diseñadores como Tommy Hilfiger o Hugo Boss. Y aquí me estoy comprando un ordenador", explicó Devejenois. Ambos planeaban gastarse unos 2.000 euros por cabeza a lo largo de la semana.

En Chinatown, donde los bolsos falsos a 20 dólares atraen hordas de españolas, dos amigas regateaban sin pelear mucho. "Está todo tan barato que da gusto comprar. Nosotras nos estamos gastando unos 100 euros diarios. La cámara de fotos y el iPod eran los dos objetivos principales. Y el resto... ya veremos. Además, al contrario de lo que ocurre en España, aquí te tratan muy bien. Los camareros en los restaurantes son amables y la calidad de lo que compras es buena. Madrid se ha vuelto una ciudad carísima en la que te engañan continuamente", comentaba Cristina Asensio, administrativa de 34 años.

En la tienda de Apple confirmaban que la llegada de europeos durante la Semana Santa se ha notado mucho. Sin embargo, precisamente en Chinatown, los comerciantes se quejaban de que había menos gente que otros años. Zfar Ali, vendedor de perfumes y maletas de imitación en Canal Street, aseguró a este diario: "Como el dólar está tan bajo, la gente prefiere comprarse los bolsos de marca auténticos, así que se van a las tiendas de lujo. Nosotros lo que más hemos visto estos días son irlandeses. Vienen a celebrar San Patricio y se quedan. Hay españoles, pero se gastan mucho".

Abercrombie & Fitch
Una compradora, con una bolsa de una tienda de Abercrombie, en las calles de Nueva York.

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