La crisis financiera paraliza las grandes operaciones de capital riesgo en España
El sector vaticina retrocesos hasta del 30% en las valoraciones de empresas
La crisis financiera y la sequía de crédito no sólo han parado las grandes operaciones de las firmas de capital riesgo, asentadas ya en España tras haberse adueñado a golpe de talonario de piezas autóctonas como Telepizza, Parques Reunidos o, la última, Applus. Donde aún hay vida -las operaciones medianas de hasta 500 millones- el sector vaticina un hundimiento de los precios, del 30%, según distintas fuentes del sector.
Serían buenas noticias para estos inversores, que pagarían más barato, si no fuera por dos circunstancias. La primera la señala Javier Loizaga, socio director de Mercapital: "Los vendedores aún no se convencen de la bajada de precios y están quietos a que pase un temporal que ven coyuntural". La segunda circunstancia es la propia naturaleza del capital riesgo, que no sólo adquiere empresas para relanzarlas, sino que las lleva a desinvertir con suculentas plusvalías.
La actual situación obligará a los fondos a permanecer más en las compañías
Aún dan juego las compras medianas, pero no hay tratos de 1.000 millones
"Siempre se dice que entramos para salir. Ahora, sin embargo, los periodos de permanencia en las empresas, que venían siendo de tres años, se van a alargar forzosamente a los cinco o seis, y eso nos obligará a un trabajo más de fondo en la gestión de las empresas", reflexiona Jaime Hernández Soto, socio de MCH Private Equity y presidente de la patronal española, Ascri. La salida de inversiones algo maduras -como Cortefiel por parte de PAI, CVC y Permira, o Panrico por parte de Apax- podrían tardar. Ventas como la de los servicios aeroportuarios de tierra de Acciona, que habían interesado al sector, se han frenado.
Compradores y vendedores de empresas se miran igual que los compradores y vendedores de pisos: esperan que los precios bajen más para comprar una nueva vivienda, pero tampoco están por bajar el precio a la hora de desprenderse de la suya para poner la entrada. El vicepresidente de Catalana d'Iniciatives, Rafael Suñol, admite que su irrupción en el capital de una empresa familiar en 2007 "se ha retrasado por la negociación del precio". "Estamos en un impasse de dos o tres meses de frenazo en seco", resume Maite Ballester, consejera delegada de 3i en España, quien apunta, como los demás, que cada vez habrá compras menos apalancadas, menos financiadas con deuda, y más complicadas de negociar con varios bancos a la vez y con condiciones financieras más duras.
"La bajada de precios no la marcamos nosotros, sino los bancos. Antes te daban siete veces el Ebitda (resultado bruto operativo) de la empresa en deuda. Ahora, no más de tres. La rentabilidad depende de cuánto te den y eso hace bajar los precios", explica Loizada.
3i, Mercapital y Magnum (Ángel Corcóstegui) han probado que el mercado no está del todo seco, al entrar la primera en Unión Radio (225 millones); la segunda, junto a Carlyle, en la informática Arsys (160 millones); y la tercera en el grupo de estructuras prefabricadas Pretersa-Prenavisa (200 millones). "En la franja mediana sí hay operaciones, pero soy más optimista de cara al segundo semestre", apunta Hernández Soto.
Culebrones de venta como los de Iberia y Altadis ya han demostrado que el capital riesgo (Gala y CVC, respectivamente) se arruga por la imposibilidad de endeudarse alegremente en grandes operaciones. "A corto plazo, no vamos a ver más tratos de más de 1.000 millones", dice Javier Echarri, presidente de la patronal europea EVCA, quien insiste en que lo importante es el "atractivo probado del capital riesgo a largo plazo". Los fondos soberanos de gobiernos de países emergentes ganan por ahora la partida al capital riesgo en los grandes tratos. El último ejemplo, la oferta por Colonial del Investment Corporation of Dubai.
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