"La situación del campo es tan grave que necesita medidas de choque"
Josep Botella (Càrcer, 1957) acaba de ser elegido por el Consell Sindical de la Unió de Llauradors i Ramaders para sustituir a Joan Brusca, fallecido recientemente, como secretario general. Es agricultor y posee una explotación de unas seis hectáreas.Fue presidente de Intercitrus y ahora ocupaba el cargo de tesorero en la organización.
Pregunta. ¿Es un secretario general de transición?
Respuesta. Espero que no. Queda año y medio para el próximo congreso y pienso optar a la reelección.
P. Cada día es más difícil encontrar agricultores jóvenes. ¿Qué los ahuyenta del campo?
"La función del agricultor hoy es mantener el paisaje y el territorio"
"La Lonja de Cítricos es un sistema de bar, de impresiones"
R. La falta de rentabilidad de este negocio. Ser agricultor es muy complicado por los costes que comporta conformar una explotación y por los escasos beneficios que reporta.
P. ¿Eso es algo que ha sobrevenido o tiene responsables?
R. La falta de políticas agrarias claras ha conducido a esa situación. Y también, en cierto modo, la falta de organización de los agricultores y de implicación en los problemas. Y más, en una situación como la valenciana, donde la parcelación lo complica más. Eso, unido a una crisis estructural profunda debida a la globalización.
P. ¿Qué habría que hacer?
R. Mejorar la estructura, concentrar la oferta, políticas de calidad y diferenciación de nuestros productos y, sobre todo, políticas de información y de coordinación. No tenemos mecanismos de información eficientes. No sabemos exactamente lo que producimos ni lo que exportamos en tiempo real, lo que nos impide reaccionar ante las bajadas de precio. Esas políticas, junto a la investigación, la mejora varietal y la reconversión, a la larga podrían dar resultado. Pero hoy la situación es tan grave que necesitaríamos un mecanismo de choque que aguante a los pocos profesionales que quedamos. Y eso sólo sería posible con un sistema que nos garantice las rentas, un seguro de rentas.
P. ¿Está en riesgo la agricultura valenciana?
R. Si no se toman medidas rápidas, vamos a tener graves problemas. O somos capaces de que sea rentable o habrá abandono de profesionales. Porque la solución que se está dando es que el 50% abandone y los que quedemos sobrevivamos. ¿Es bueno que se abandone el 50% del territorio?
P. ¿El agricultor es una especie en extinción?
R. Es una especie que puede estar en extinción. Pero el día que no quedemos habrá que reinventarnos. Hacemos falta. Nuestra función hoy no es sólo producir alimentos, que ya es importante, sino gestionar territorio, mantener paisaje y mantener a la gente en el territorio.
P. La producción de cítricos se va a Andalucía. ¿Es por el minifundio?
R. Es un problema. Aquí se pierden hectáreas por la ocupación del territorio por infraestructuras y nuevas urbanizaciones, y Andalucía tiene unas condiciones de latifundios que favorecen una producción que hasta hace dos o tres años era relativamente rentable.
P. ¿Ya no lo es?
R. No es que no lo sea, el problema es el desequilibrio de los mercados. En España, las tres primeras cadenas de distribución copan el 40% del mercado. Si les unes las otras, nos vamos al 70%. Entre siete u ocho empresas controlan el mercado e imponen el precio. La calidad es una condición secundaria.
P. La Unió se ha quedado fuera de la Lonja de Cítricos.
R. Uno de los dramas de la citricultura es que se hacen políticas de escaparate. Teníamos un buen sistema de precios, basado en una red de informadores. La Lonja de Cítricos es una paraeta en la que se reúnen cuatro agricultores de una sola organización y cuatro comercios y discuten qué vale un kilo de naranjas, sin la base del sistema de informadores. Es más un sistema de bar, de impresiones.
P. La Unió abandonó Intercitrus por su pasividad.
R. Pertenecemos a Intercitrus, pero hemos dejado de hacer uso del derecho a acudir. Estaremos dispuestos a volver a Intercitrus siempre que hablemos en serio de temas que ayuden a los agricultores a salir de la crisis.
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