Calles llenas, paradas vacías
Ni un solo autobús de la EMT circuló por Valencia, pese a los servicios mínimos
"De los [autobuses] rojos no he visto ni uno", corroboró a mediodía de ayer un taxista que llevaba circulando por Valencia desde la madrugada. En la primera jornada de huelga de 24 horas convocada por los sindicatos en la Empresa Municipal de Transportes (EMT), no circularon autobuses pese a los servicios mínimos establecidos. Los conductores incumplieron la orden dictada por la Generalitat, que obligaba a que circulase entre un 66% y un 75% del servicio habitual, y la ciudad se quedó sin transporte municipal en plenas fiestas falleras.
Los 400 autobuses de la EMT que circulan a diario se quedaron en las cocheras, a cuyas puertas llegaron a concentrarse desde primera hora de la mañana de 200 a 300 conductores. El director de la EMT, Jesús Herrero, atribuyó a la actuación de piquetes el que los autobuses no salieran a la hora prevista. A las dos de la tarde, un amplio grupo de trabajadores seguía concentrado y acordó que el turno de la tarde tampoco saliera. Los policías nacionales apostados a las puertas de las cocheras de Sant Isidre se marchaban sobre las tres de la tarde al ver que no había incidentes.
Los usuarios fueron los grandes afectados por la huelga. Después de esperar infructuosamente en las paradas, muchos de ellos optaron por desplazarse a pie o recurrieron al metro, que también está de huelga, pero tiene unos servicios mínimos del 90% que se cumplieron. Por la tarde, los ciudadanos sabían ya a qué atenerse y las marquesinas de la EMT estaban desiertas, salvo por la presencia de algún turista despistado. Los taxistas no dieron abasto.Los viajeros estaban avisados de que había paros, pero esperaban que, aunque más espaciados, apareciera algún autobús. Se equivocaron. El servicio nocturno funcionó -a pesar de que la huelga empezó a las cero horas de ayer-, pero una vez regresaron a las cocheras, los vehículos no volvieron a salir. "No hemos visto pasar ni uno solo de los autobuses rojos", se quejaban ayer los usuarios que avistaban desde las marquesinas autobuses amarillos o naranjas, característicos de otras líneas de transporte metropolitano. Jorge, sanitario y habitual de la EMT, llegó ayer más de una hora tarde a trabajar por la huelga.Tras esperar más de 30 minutos en la parada, optó por cubrir los tres kilómetros que le separaban de su centro de trabajo en el coche de San Fernando. No fue el único.
"Desde las 4.00 horas [de ayer] no ha salido ningún coche", tampoco el servicio de minusválidos, confirmó un portavoz de la dirección de la EMT. Las pedanías de Valencia -por ejemplo, Pinedo- perdieron a causa de la huelga el enlace con la ciudad o tuvieron que recurrir al vehículo privado. El paro en los autobuses dejó también en mantillas algunas de las paradas de taxis cercanas a los centros hospitalarios, donde se pudieron ver colas más largas de lo habitual. "Si fueran autónomos, como yo, y tuvieran que pagar la licencia, el gasóleo y todos los demás gastos, verían cómo no hacían esto", comentaba un taxista dando rienda suelta a su indignación. "Lo siento por la gente más humilde, que no puede coger un taxi para desplazarse", agregó.
Los valencianos sufren desde desde finales de febrero un doble paro en el transporte público, ya que han convocado huelgas la EMT y los maquinistas del Metro. Los empleados de la EMT tienen pendiente el nuevo convenio colectivo, mientras que los conductores del Metro reclaman el pago de un plus de productividad. Ambos conflictos amenazan con prolongarse en el tiempo. Hoy hay previsto un nuevo paro de 24 horas en ambos transportes.
La dirección de la EMT denunció a la Dirección General de Trabajo el incumplimiento de los servicios mínimos, que los conductores acordaron en votación debido al "estancamiento de las negociaciones" y al "abuso" de los mínimos dictados, dijo el presidente del comité de empresa, Jaime Collado. El concejal de Transportes de Valencia, Alfonso Novo, insistió en que la huelga es injustificada.
En el metro, el SIF, sindicato convocante de los paros, cumplió los servicios mínimos, pero denunció ante los juzgados de lo Social a FGV por suspender el día de descanso a parte de la plantilla. En Valencia, esta organización aprobó la convocatoria de una nueva tanda de paros; serán del 28 de marzo al 31 de abril, en días alternos, y afectará a la franja horaria de la mañana y a la del mediodía, anunció ayer el portavoz del SIF, Jorge Álvarez.
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