El avance electoral de La Izquierda abre una crisis en el SPD alemán
El ala moderada socialdemócrata se opone a pactar con el nuevo partido
El presidente federal del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), Kurt Beck, regresó ayer a la arena pública para afrontar la seria crisis que atraviesa su partido. Los acercamientos de Beck al pujante partido La Izquierda le han valido los ataques del ala conservadora del SPD y la caída de su popularidad y de la intención de voto en las encuestas. Tras 15 días de baja por enfermedad, un Beck todavía convaleciente atajó ayer los rumores sobre el ruido de sables en su partido y reconoció errores de forma sin anunciar un giro definitivo.
Dio Beck una de cal y otra de arena. La Izquierda, dijo, "es el contrincante político", con el que "hay una diferencia de contenidos tan profunda" que impediría un hipotético pacto en el Gobierno federal. Su irrupción en el panorama político del oeste alemán obliga, sin embargo, a que el SPD "se reoriente" ante "las nuevas situaciones políticas". Beck negó que en la actitud de su partido respecto a La Izquierda tras las elecciones de Hesse significara la ruptura de sus promesas electorales.
El rifirrafe en el seno del SPD dura ya seis semanas, desde que el 27 de enero La Izquierda logró seis escaños en las elecciones de Hesse. El democristiano Roland Koch (CDU) perdió allí la mayoría absoluta y sólo logró el mismo número que el SPD de Andrea Ypsilanti. Tanto ésta como Beck aseguraron durante la campaña que ni pactarían ni admitirían los votos de La Izquierda en la investidura. Tras el fracaso de las negociaciones entre Verdes, CDU, SPD y liberales (FDP) a principios de febrero, Beck sugirió el día 18 la posibilidad de formar en Hesse un gobierno de minoría con el apoyo de La Izquierda. El 20 de febrero, Beck sólo descartaba ya la "colaboración activa" con el nuevo partido.
Tras la victoria democristiana en Hamburgo el 24 del pasado mes, el candidato socialdemócrata Michael Naumann abrió la caja de los truenos y acusó a Beck de haber provocado la pérdida de tres puntos porcentuales con sus flirteos con La Izquierda. Pese a la tensión en auge, la cúpula del SPD autorizó la investidura de Ypsilanti en Hesse con votos de La Izquierda. Ésta anunció su intención de formar Gobierno con los Verdes y dejarse elegir por los tres grupos parlamentarios. Creció el coro de discrepantes. La diputada de Hesse Dagmar Metzger volvió de sus vacaciones el 6 de marzo con la amenaza de privar de su voto a Ypsilanti, que anunció la retirada de su candidatura. Pista libre para un Gobierno democristiano y fiasco socialdemócrata.
La Izquierda nació el pasado verano de la fusión entre los herederos del partido único de la República Democrática Alemana y el partido WASG, formado en buena medida por socialdemócratas desencantados del Gobierno de Gerhard Schröder. El arraigo de los ex comunistas viene de largo en los seis parlamentos del Este alemán. La marcha hacia el oeste comenzó hace sólo unos meses, pero su entrada en los parlamentos de Bremen, Baja Sajonia, Hesse y Hamburgo ha consolidado a la formación como el quinto partido nacional en Alemania.
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