El PSE repite la primacía en Guipúzcoa

El Partido Socialista de Euskadi repite la primacía en Guipúzcoa que arrebató al PNV en las elecciones forales de hace un año y se consolida como el partido más votado e influyente en el territorio más nacionalista y fragmentado de Euskadi. El PSE ya había sido el primer partido de este territorio, en elecciones generales de 1993 y 1996 y en las pasadas forales, pero nunca había registrado el 38% de los votos y había superado en 14 puntos a su inmediato competidor, el PNV. El PSE consiguió ayer el tercer diputado, que arrebató a EA. Esta pérdida es un varapalo porque difumina, aún más, a este último partido del mapa político.

Fue en los comicios del pasado año cuando los socialistas guipuzcoanos, desde siempre bien asentados en los gobiernos municipales, recobraron fuelle electoral y se anticiparon, por vez primera en unas forales, a un PNV desinflado por problemas internos. Los peneuvistas no pudieron remontar el vuelo y sobreponerse a esta tendencia a la baja que ya mostró entonces y que es reflejo de una línea crítica a su política. Esta era una de las incógnitas que planeaba sobre los resultados de ayer y que muestra la pérdida de liderazgo del PNV en Guipúzcoa, arrebatado por el PSE a pesar de no haber logrado el poder provincial que le quitó la alianza PNV-EA.

El PNV ratifica su pérdida del liderazgo acosado por la fuerza del PSE

Aunque podrían justificar su resultado atribuyéndolo a la prima emocional que ha supuesto para los socialistas el asesinato de Isaías Carrasco a manos de ETA -en Mondragón el PSE obtenía el 40% y la abstención registraba 15 puntos- los peneuvistas tendrán que analizar y comprobar si la ratificación de esta tendencia descendente, que confirma la persistencia de desafectos reconocida en la campaña por Íñigo Urkullu, se debe a quienes habrían optado por una distancia que les mantendría en la abstención o, algo más grave, a que habrían traspasado la línea roja para engrosar las filas socialistas.

Porque el éxito del PSE, que ayer arrasó con mayorías absolutas en los municipios que gobierna como Irún, Lasarte o Andoain, lleva implícita la aprobación a la política de diálogo con ETA para poner fin a la violencia de Rodríguez Zapatero a pesar de las dificultades en que le puso la oposición popular.

El PP, por su parte, revalida un resultado que, además de otorgarle un representante en el Congreso, ratifica la fidelidad de un electorado muy convencido y activo acostumbrado a las dificultades.

En cuanto a la izquierda abertzale que pidió la abstención, una fórmula más difícil de contabilizar que el voto nulo, se atribuirá los diez puntos que separan la participación de hace cuatro años y la de ayer. Se trata, de una cuota del 10%, aunque en poblaciones como HernanI registrara incremenos del 32% al 58%.

La pérdida del único escaño de EA es muy grave para este partido que, desde que se constituyó en 1985, había tenido representación en Madrid, donde su voz tenía un efecto amplificador para la formación, cuya influencia en Euskadi ha ido mermando paulatinamente y se ha sostenido gracias a su alianza de gobierno con el PNV. El partido de Ziarreta acusará el no tener representante en Madrid.