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"En cuatro ocasiones le dieron una medicación equivocada"

Isabel Pérez denuncia el abandono que sufría su madre en el asilo de Manoteras

Patricia Ortega Dolz

La última vez que Isabel Pérez fue a ver a su madre a la residencia de Manoteras se la encontró con un tobillo hinchado y con una enorme dificultad para andar por el dolor. Julia, de 85 años y enferma de Alzheimer, había entrado por su propio pie en ese centro de la Comunidad de Madrid el pasado 27 de diciembre. Y, pese a lo costoso de obtener una plaza en un centro asistido, Isabel recogió las pocas cosas de su madre hace 10 días y se la llevó de allí.

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Previamente había escrito dos cartas de reclamación a la Consejería de Asuntos Sociales (el 8 y el 22 de enero de este año) y, a falta de una actuación de la Administración regional, puso una denuncia (el 31 de enero) en un juzgado de guardia de la plaza de Castilla.

"En cuatro ocasiones diferentes las encargadas de repartir o entregar las medicinas se equivocaron, llevándole unas que no eran para ella en dos ocasiones y en otras faltándole el medicamento más delicado (Sintrom)", explica en la denuncia.

En esas ocasiones, Isabel estaba presente y pudo evitar que su madre fuese medicada erróneamente. "No sé lo que pasaría los días que yo no estaba, pero esa angustia me carcomía, sobre todo después de haber venido de una residencia en la que mi madre había entrado en silla de ruedas con una fisura en la pelvis y había salido de pie", cuenta Isabel, agotada por el reciente periplo hasta que a su madre le han asignado otra plaza en un centro semipúblico de Las Rozas.

Lo peor es que su alarma ante el trato que recibía su madre en la residencia tenía una respuesta más alarmante aún: "Es que las auxiliares titulares se encuentran de vacaciones y las suplentes no conocen a los residentes", le decían en la administración del centro, y refleja en sus quejas escritas a la Consejería. Algo que encaja perfectamente con las reclamaciones por falta de personal que manifestaron por escrito otros 214 familiares de residentes del mismo centro en enero de 2007, también a la Consejería.

La caja de Pandora se abría el pasado martes en esta residencia de Manoteras cuando se conoció una orden interna del director, Juan José Araúzo, que determinaba reducir la cantidad y la calidad de la comida de los 300 ancianos del centro "para ajustar el presupuesto", a pesar de que se pusiera en riesgo su salud, como aseguraron nutricionistas consultados. Las medidas incluían "limitar el consumo de frutas y verduras" o "comprar carne y pescado de menor calidad".

Desde entonces, el director del centro fue "cesado fulminantemente" por la consejera de Asuntos Sociales, Gador Ongil, que aseguró haberse enterado de todas las irregularidades por la información publicada en este periódico. Si fue así, algo falló en su departamento, porque las denuncias y quejas interpuestas por los familiares de los residentes -con anterioridad al escándalo provocado por las medidas de Araúzo- salen a la luz día tras día (más de 200). Y si, por el contrario, las conocieron, es aún más grave, porque habrían hecho caso omiso de las múltiples quejas que cruzaron el registro de entrada de la Consejería. El PSOE ha pedido por ello la dimisión de Ongil.

Isabel, tras esperar 20 días a ver una recuperación del tobillo de su madre, optó por llevarla ella misma a urgencias del Ramón y Cajal porque en la residencia le decían que "el médico ya le había visto las piernas muchas veces". Le diagnosticaron un esguince de tobillo, la escayolaron y le recomendaron reposo. Pero Isabel llegó a la residencia un día después y se encontró a su madre andando sola por el pasillo. Y, otro día, "una de las auxiliares la ataba con tal fuerza a la silla que le hacía daño", describe en la denuncia. Otra vez se la encontró completamente mojada de orín y sin ropa interior "porque no había repuesto en el almacén", describe Isabel que le justificaron. El día que fueron a quitarle la escayola al hospital, en pleno mes de enero, Julia fue sin ningún tipo de ropa de abrigo y se quejó del frío al salir; "no ha traído", le dijeron las auxiliares que la acompañaban...

Esta denuncia sigue su curso. La respuesta a las reclamaciones realizadas a la Consejería se limita a "agradecerle su colaboración por ayudar a mejorar los servicios". Eso sí, aunque lejos, Julia tiene ya otra plaza en Las Rozas.

Isabel Pérez, la hija de una de las ancianas supuestamente maltratadas en Manoteras, enseña las respuestas a sus denuncias.
Isabel Pérez, la hija de una de las ancianas supuestamente maltratadas en Manoteras, enseña las respuestas a sus denuncias.ÁLVARO GARCÍA

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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