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La carrera hacia la Casa Blanca

El duelo fratricida debilita a los demócratas

Una encuesta sugiere que la agria campaña les hace perder votos y beneficia a McCain

Antonio Caño

El Partido Demócrata está exhausto y electoralmente tocado por el enfrentamiento entre Hillary Clinton y Barack Obama, que ha sido despiadado en los últimos días ante la trascendencia de las primarias celebradas ayer en Tejas y Ohio. [Obama ganó esta madrugada las primarias de Vermont, según los resultados parciales, y los sondeos le concedían ventaja en Tejas. Clinton, según los sondeos, obtenía una victoria rotunda en Ohio y en Rhode Island, y rompía así una racha de 11 derrotas consecutivas]. La dura campaña de los demócratas contra ellos mismos está dando resultados, y el partido tiene un duro trabajo por delante para recuperar su unidad y su imagen ganadora.

Clinton rompe en Ohio una racha de 11 derrotas, pero en Tejas gana Obama

Una encuesta del Instituto Pew expone con claridad las dificultades de la fuerza política que, probada la impopularidad del presidente George Bush, parecía hasta hace poco destinada a la victoria en las elecciones presidenciales de noviembre. Una cuarta parte de los votantes de Hillary Clinton en las primarias, según esa encuesta, preferiría votar por el candidato republicano, John McCain, si Obama fuese el demócrata nominado. Un 10% de los partidarios de Obama prefiere también a McCain antes que a Clinton.

La intensidad del duelo entre Clinton y Obama les ha forzado a un ejercicio de populismo con las bases demócratas, pero, al mismo tiempo, ha dejado en evidencia ante el resto de los votantes los rasgos más temidos de la izquierda estadounidense: su afición a los impuestos y su ligereza en el uso del dinero público.

Obama ha sido ya víctima de ese populismo. Sus últimas horas antes de la crucial jornada de ayer las tuvo que invertir en dar explicaciones sobre una reunión entre uno de sus principales asesores y un representante del Gobierno de Canadá en la que, aparentemente, se trataba de tranquilizar a ese país sobre el alcance real del compromiso de Obama de renegociar el TLC.

Peor que eso aún ha sido el espectáculo de división interna. La urgencia de Clinton por volver a meterse en una carrera que otro cualquier candidato habría dado ya por perdida hace tiempo, condujo su campaña a un choque frontal con Obama en el que todo ha valido para desacreditar al rival: un inexperto, un charlatán y quién sabe si un musulmán encubierto.

En parte lo ha conseguido, a juzgar por la encuesta de Pew. Un 32% de los votantes demócratas que mencionan la seguridad nacional como una de sus preocupaciones preferiría votar por McCain que por Obama. Entre los votantes en general, Obama es el peor valorado en cuanto al manejo de la política exterior, y más de la mitad de los electores vincula su nombre al concepto "inexperiencia". La división en todos estos meses dentro del Partido Demócrata entre grupos sociales, sexos y razas ha sido tan acentuada que el reflejo se mantiene de cara a las presidenciales. Un 20% de los votantes blancos que están con Clinton, un 15% de las mujeres, un 22% de los mayores de 65 años y un 20% de los de estudios y salarios inferiores optaría por McCain antes que darle el voto a Obama.

La deserción es inferior entre los actuales votantes de Obama. El voto negro se mantiene en un exiguo 1% a favor de McCain tanto si Obama o Clinton son candidatos. Pero hay una diferencia que puede ser muy importante en noviembre: votarían casi un 10% más si es el nombre de Obama el que está en las papeletas.

Es más difícil de medir, pero los expertos anticipan también que toda esa corriente de jóvenes e independientes que Obama ha arrastrado a las urnas podrían volverse a sus casas si el senador de Illinois no es finalmente el candidato, o bien, como puede ser el caso de muchos independientes, irse con McCain, a quien algunos votantes ven como el menos republicano de todos los republicanos.

Públicamente, los dirigentes del Partido Demócrata intentan ser prudente sobre las consecuencias de la rivalidad entre Clinton y Obama, pero en privado la preocupación es evidente. "Los teléfonos y los correos dentro del partido no paran, todo el mundo está buscando una solución", reconocía ayer un portavoz demócrata. Los demócratas saben que le están allanando el terreno a McCain. Un miembro de su campaña comentó irónicamente que no van a tener que gastar mucho dinero porque los primeros vídeos contra Obama los van a sacar de la campaña de Clinton. O viceversa.

Hillary Clinton sube las escaleras de su avión en Houston para dirigirse a Dallas ayer.
Hillary Clinton sube las escaleras de su avión en Houston para dirigirse a Dallas ayer.AFP

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