Cae una red de 51 ladrones que robó en 150 bancos y joyerías

Eran especialistas en el robo por la espalda, golpeando a sus víctimas en el cogote, pero, ya puestos a delinquir, los 51 detenidos en la Operación Pope, habían diversificado su negocio. Ahora han caído. Una actuación coordinada de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Dirección General de la Policía y de la Unidad Central Operativa de Guardia Civil ha permitido desmantelar en Madrid una red de cogoteros, especializada en robar a personas a la salida de entidades bancarias y en la sustracción de joyas "al descuido". La operación, ejecutada el sábado y en la que participaron más de 200 agentes, ha permitido detener a 51 individuos de nacionalidad colombiana, la mayoría de los cuales han sido ya reconocidos fotográficamente.

Para actuar se dividían en 'comandos' de entre cuatro y seis personas

Se trata de un grupo de delincuentes muy organizado y al que se atribuyen cerca de 150 golpes en todo el territorio nacional en poco más de un año. La Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía llevaban meses detrás de ellos. El modo de actuar de la banda era muy meticuloso. Los lunes se reunían en una casa del barrio madrileño de Quintana y se dividían en comandos de entre cuatro y seis personas. Cada uno de estos pequeños grupos se desplazaba a una provincia española, donde consumaban sus robos durante varios días. Los viernes volvían a Madrid, donde también solían cometer algún que otro atraco durante los fines de semana. En cada ciudad permanecían muy poco tiempo y tenían una gran movilidad.

Tras una exhaustiva investigación desarrollada por las unidades especializadas en el crimen organizado de la Policía y la Guardia Civil, ambas, con la ayuda de varias Unidades de Intervención Policial (UIP), desarrollaron a lo largo del sábado un amplio dispositivo en el que participaron más de 200 agentes. Durante la misma se procedió a la detención de medio centenar de colombianos que presuntamente integraban la red y se efectuaron más de una treintena de registros, tanto en viviendas ubicadas en el barrio de Quintana, como en locutorios del centro de Madrid. En los registros participaron un total de 32 secretarios judiciales, con el objetivo de que todos ellos se realizaran de manera simultánea. Así se evitaba la posible huida de alguno de los miembros de la banda.

El operativo permitió recuperar una importante cantidad de dinero en metálico, así como joyas procedentes de los robos cometidos. En la tarde de ayer, los investigadores estaban en pleno recuento de lo incautado, cuyo valor podría superar los dos millones de euros.

El grupo desarticulado no había operado tan sólo en España. Con anterioridad habían actuado en países del sureste asiático, así como en ciudades europeas como Berlín o Amsterdam.