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Reportaje:

España despierta recelos

Los expertos internacionales desconfían tras casi 15 años de formidable crecimiento

Claudi Pérez

En el exterior, España es casi un hedge fund: un fondo de alto riesgo inmobiliario. La economía española se asocia casi exclusivamente a la vivienda, a un abrupto final de la burbuja inmobiliaria. Y a menudo sin matices. La cruzada de la prensa anglosajona contra la banca española tiene ese trasfondo, y esa imagen negativa se extiende, en mayor o menor medida, a la que tienen de España grandes bancos de inversión, servicios de estudios, think tanks, universidades, analistas y firmas de inversión en los grandes centros financieros internacionales.

El mundo entero se asombra de los 15 años de formidable crecimiento de la economía española, la era Solbes-Rato-Solbes. Pero cuando llegan las curvas, el análisis rápido -y barato- indica que la crisis va a ser proporcional a ese periodo de extraordinario empuje. La crispación política no ayuda a suavizar el tono. Puede que la realidad sea mucho más compleja, pero así se percibe (grosso modo) desde fuera.

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"Los motores del crecimiento de los últimos años, muy en particular la vivienda, se apagan con rapidez. El resultado más probable es un ajuste como el que ha sufrido Portugal", asegura Olivier Blanchard, del prestigioso MIT de Boston. "Me preocupa más una desaceleración prolongada que un desplome rápido", cierra.

Hay análisis más duros. Desmond Lachman, del American Enterprise Institute, un think tank neoconservador de Washington, asegura que la burbuja inmobiliaria es preocupante porque la vivienda pesa cerca del 15% en España: "El doble que en Europa y el triple que en EE UU". "La economía española está muy expuesta a una crisis global, y el crecimiento estará por debajo del 1% en 2009". Aún más duro es Bernard Connolly, estratega de AIG, para quien en España todo empieza a ir "hacia la catástrofe".

Portugal, Irlanda, Grecia y España comparten, a juicio de los expertos, un futuro sombrío. "Los PIGS [el acrónimo que sale de las inicales de esos cuatro países en inglés] lo van a pasar mal: todos tienen el mismo problema vinculado a la vivienda", afirma Ewen Cameron Watt, presidente del fondo BlackRock en Nueva York.

El paralelismo con los hedge funds es tan sorprendente como siniestro. "España se sale por el ladrillo, pero la borrachera se acabó. La economía se ha disparado con mucha deuda y muy barata, por los tipos. Ésa es exactamente la estrategia de los fondos de alto riesgo. Los hedge funds ganan dinero a espuertas, pero también se exponen a enormes pérdidas", explica un broker de Wall Street.

La agencia de riesgos S&P llega a vaticinar una recesión en el peor escenario y compara a España con "lo que ocurrió en Reino Unido en los primeros noventa o en Alemania tras la reunificación". La gran banca de inversión estadounidense también atiza de lo lindo. Para Morgan Stanley, la economía española es ahora "el cuento de una desaceleración". ¿El culpable? Bingo: "El sector de la construcción marcará 2008", asegura en su último informe.

El diagnóstico es ampliamente compartido. Y las recetas para salir del mal trago son variadas. Daniele Antonucci, de Merrill Lynch, apunta que la salud del sector público "hace difícil entender el catastrofismo de algunos analistas. El batacazo es seguro, pero el próximo Gobierno puede acometer un plan fiscal potente".

La imagen de España se deteriora con rapidez en los últimos meses y los ataques se ceban especialmente en la banca. José Luis Alzola, jefe de análisis económicos de Citigroup en Londres, atribuye en parte la percepción negativa a los paralelismos con EE UU: "La española y la estadounidense son economías muy diferentes, pero comparten excesos en construcción y consumo".

"Las ventajas son que la economía está ya muy incardinada en Europa y que cuenta con el colchón del superávit. Pero la corrección va a ser notable. No hay más que fijarse en Alemania: ajuste de plantillas y sueldos muy difíciles de digerir", augura Alzola. Stefan Bergheim, economista de Deutsche Bank en Londres, apunta que a corto plazo "no queda más remedio que ser pesimista, como con Italia, otro gran foco de atención". "Pero además de los estímulos fiscales, el empuje de la inmigración y el tremendo cambio de estos años son grandes bazas".

Factores psicológicos

Suena extraño, pero varios expertos atribuyen algunas críticas a factores psicológicos. El propio Pedro Solbes defiende que la banca extranjera "mira la solvencia de la española esperando que sufra un revés". David Burns, de Schroders, ve también "envidia" hacia los países que han descollado en la última década. "Pero los problemas están en todas partes, no sólo en España", critica.

Adela Gooch, de Wilton Park -un influyente think tank británico- sostiene que el clima de pánico que muchos expertos usan para referirse a España "tiene cierta desmesura". "Se oyen críticas sólidas, pero es una exageración vincular la economía española al alto riesgo". "La crisis se va a cebar en países con un nivel de deuda atemorizante. Y España se va a ver salpicada, seguro. Pero los dramatismos sobran".

American Enterprise Institute (Washington). "España está muy expuesta a una crisis global. El crecimiento estará por debajo del 1% en 2009

OLIVIER BLANCHARD

Massachusets Institute of Technology (Boston). "Es más preocupante una desaceleración prolongada que un desplome rápido. El ajuste será como el de Portugal".

DANIELE ANTONUCCI

Merrill Lynch (Londres). "El batacazo es seguro, pero la buena salud del sector público hace difícil entender el catastrofismo de algunos analistas".

STEFAN BERGHEIM

Deutsche Bank (Londres). "No hay más remedio que ser pesimista, pero el estímulo fiscal, la inmigración y el cambio de los últimos años son grandes bazas".

DESMOND LACHMAN

American Enterprise Institute (Washington). España está muy expuesta a una crisis global. El crecimiento estará por debajo del 1% en 2009.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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