La mujer muerta en Madrid no había denunciado
Un hombre apuñala al joven que acosaba a una de sus hijas
Laura Morales, una boliviana de 22 años, fue la víctima más joven de la sangrienta jornada de ayer. En su piso de alquiler en Lavapiés, perdió la vida el lunes a manos de su compañero sentimental, Nestor Wilfredo Villamatas, también boliviano y de 29 años. No había denunciado previamente a su asesino ante la justicia. Y también en Madrid, otro suceso colmaba ayer el vaso de la violencia de género. Un hombre no aguantó más los cinco años de acoso a que estaba sometida su hija por parte de un ex novio. José Antonio, un portero de 65 años, apuñaló al joven.
En el caso de Laura, Nestor Wilfredo la apuñaló tres veces con un cuchillo, dos en el tórax y una en el abdomen y se fue de madrugada a casa de unos amigos a contar lo que había hecho. Uno de ellos avisó a la policía. "Al llegar, encontramos el cadáver de la mujer", explicó una portavoz policial. La víctima podría llevar muerta entre tres y 12 horas. La autopsia lo determinará.
La pareja llevaba entre dos y tres meses conviviendo en el bajo B de la calle de Salitre, 43, según coincidieron varios vecinos. No tenían hijos.
Nestor Wilfredo, que intentó autolesionarse en las muñecas y las manos, fue detenido. Ayer por la mañana aún quedaba un pequeño resto de sangre junto a la puerta de la vivienda, además de un guante de plástico azul. Hadda Boutalis, una vecina marroquí, explicó que la noche del lunes al martes había sido movida. "Se escuchó bastante ruido. Le dije a mi marido que mirásemos qué pasaba. Pero me dijo que serían unos borrachos", relató.
En el segundo suceso, todo ocurrió cuando José Antonio se encontraba trabajando. Desde hace 30 años es portero en una finca y está a punto de jubilarse. Según varios vecinos, el ex novio de su hija fue a buscarlo. "Ha venido con otros dos chicos. Venían a por él. Ha actuado en defensa propia", coincidían Félix y Mari Paz. Otra vecina, Manoli, opinaba igual, y explicó que el portero le había comentado el acoso que sufría su hija. "Estaba muy preocupado y tenía miedo", aseguraba.
En el domicilio de José Antonio, en el barrio de Santa Ana, estaban ayer al menos seis de sus 12 hijos. No querían hablar. Sólo confirmaron que su hermana hacía tiempo que estaba acosada. "Cinco años", afirmó uno de ellos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.