La victoria en Chipre del líder comunista facilita la reunificación

El comunista Demetris Christofias, de 61 años, ganó ayer la segunda vuelta de las elecciones de Chipre con el 53,36% de los votos frente al 46,64% obtenido por su rival conservador, Ioannis Kasoulides. Su victoria reabrirá previsiblemente el diálogo para reunificar la isla, dividida desde 1974 tras la ocupación del tercio norte por Turquía, mientras el sur es miembro de la Unión Europea desde el año 2004.

Christofias, que estudió Sociología en Moscú en los años de la Unión Soviética, era hasta ahora el presidente del Parlamento, y su partido, AKEL, formó parte del anterior Gobierno de Tassos Papadopoulos, que rechazó el plan de reunificación auspiciado por Naciones Unidas apoyado por los turcochipriotas. No obstante, AKEL abandonó el Ejecutivo el pasado verano y desde entonces defiende una posición más pragmática y favorable a la reunificación.

Derrotado Papadopoulos -pese a superar el 30% no logró ni siquiera pasar a la segunda vuelta-, el triunfo de Christofias supondrá un impulso para reanudar el diálogo con los turcochipriotas, cuyos dirigentes mantienen buenos contactos con AKEL. El futuro presidente, que durante la campaña insistió en que su prioridad va a ser la reunificación del pueblo chipriota, ya avanzó que se propone entrevistarse lo antes posible con el líder turcochipriota, Mehmet Alí Talat.

Christofias se convertirá en el primer jefe de Estado comunista de un país de la Unión Europea. Toda su vida ha estado vinculado al movimiento comunista chipriota, al que se afilió con 14 años y que dirige como secretario general desde 1988. Su política ha sido tradicionalmente euroescéptica y reacia a la economía de mercado. AKEL era partidario de retrasar la entrada del euro en Chipre, adoptado finalmente como moneda oficial en la isla el pasado 1 de enero.