"Toda rebaja fiscal es bienvenida en una 'pyme"

No es fácil hablar de impuestos con empresarios: de entrada, siempre querrán pagar menos. Los hermanos Enrique y Francisco Javier González no son una excepción a esa regla casi universal. Ambos rondan la treintena, montaron su empresa de servicios informáticos, Cartagon, en 2000 -"dos legislaturas justas: Aznar y Zapatero"- y dan trabajo a siete personas. En el último año se han beneficiado de una de las reformas fiscales de más calado de la legislatura: la rebaja del impuesto de sociedades, que ha bajado los tipos del 30% al 25% para las pymes.

Contentos a medias, ambos opinan que una rebaja fiscal, venga de donde venga, "siempre es bienvenida". "Lo malo es que lo que te dan por un lado te lo quitan por otro: ha bajado el tipo de sociedades, pero también se han recortado las deducciones y al final sale lo comido por lo servido. Aunque se ha notado algo, debería bajar más", afirma Francisco Javier. Su hermano reconoce que para una pyme la apertura internacional es "una utopía". "Somos poco competitivos, no hay más que ver de dónde son las grandes empresas de nuestro ramo: de Finlandia. Allí hay grandes incentivos a la I+D. Aquí sólo pedirlos ya nos supone un gasto casi inasumible. Las pymes tenemos todas las trabas del mundo. No se nos apoya", se quejan.

Los dos hermanos se definen políticamente -y con toda la sorna- "como empresarios". Son partidarios de una mayor rebaja de sociedades, como propone el PP. Y califican de "puro maquillaje" las reformas fiscales de las anteriores legislaturas, tanto de los populares como del PSOE. "Llevamos desde 2000 trabajando solos. El Estado no nos ha ayudado. Todo son trabas, multas para las pymes, que son más del 90% del tejido empresarial", afirma Enrique, que se muestra escéptico respecto a la carrera de promesas electorales relativas a los impuestos.

"Toda la música que se escucha respecto a los impuestos suena bien. Pero al final va a dar igual; aunque hagan lo que prometen, ya buscarán lo que sea para mantener las cosas como están", dice Francisco Javier, que ejerce como director general. Enrique, el director financiero, explica por qué un empresario siempre quiere menos impuestos. "Empezar con 3.000 euros es una sobredosis de realidad. Una gran empresa puede utilizar todas las artimañas legales para pagar menos. Para una pyme es diferente. Nos vendría muy bien que de veras bajaran los impuestos", concluye.