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Arte sobre nueve 'telas' digitales

Una galería bilbaína presenta en Arco una instalación de Iván Marino - Las imágenes se generan por ordenador

A Iván Marino (Rosario, Argentina, 1968) no le gusta la denominación "nuevos medios" para referirse a los formatos artísticos que utilizan la tecnología. Él ha acuñado la metáfora "telas digitales" para describir las pantallas luminosas que conforman su instalación expuesta por la galería Vanguardia, de Bilbao, en Arco, dentro del programa Expanded Box, el espacio que la feria destina a mostrar prácticas artísticas que exploran esos nuevos medios. Un ordenador va generando constantemente imágenes, que se proyectan sobre las telas luminosas.

"Es el tiempo lo que modifica las líneas y las tipografías", asegura el artista

"La base de las imágenes es un código", explica Marino. "Yo no trabajo con herramientas gráficas. No dibujo ni compongo con medios tradicionales en el campo digital. No uso software, sino que trabajo con programación, escribiendo códigos que determinan un comportamiento en la pantalla. Son composiciones generativas: van cambiando, segundo a segundo; nunca son iguales a sí mismas, no tienen un comienzo ni un fin".

La instalación de Marino hereda, en parte, su experiencia en el cine, campo donde comenzó su formación artística. "Mi trabajo ha virado al terreno de la plástica, de la imagen controlada de forma meticulosa, como si se tratara de una pintura, pero he conservado la influencia del cine en el sentido del tiempo", indica. Su viaje ha discurrido en sentido inverso al de la mayoría de videoartistas, que generalmente proceden de la plástica o de la música. "Yo he tenido que liberarme de mi bagaje cinematográfico, fundamentalmente del karma del argumento, de la idea de contar algo, del mensaje", reconoce.

La obra que presenta en Arco, abierta al público hasta mañana, está formada por nueve pantallas de 19 pulgadas, tratadas como si fuesen pequeñas pinturas. En ellas se aprecian composiciones de líneas y tipografías, muy sencillas, con referencias, precisa su autor, a la artista radicada en Brasil Mira Schendel, ya fallecida. "Es el tiempo lo que modifica las líneas y las tipografías generadas desde el ordenador. Son difíciles de fotografiar o de describir porque las piezas no tienen sentido sin el tiempo", abunda. Cada pantalla es independiente, pero Marina también intenta que los espectadores creen con ellas recorridos visuales.

Por detrás de las telas digitales se adivina un largo proceso de formulación matemática. "Yo no soy un matemático", advierte. "Estudio y cuento con asesoramiento, pero lo que programó lo hago yo mismo. Las matemáticas son un recurso de mi proceso creativo".

¿Son mundos distantes el de la creación artística y las fórmulas matemáticas? Marino cree que no. "Cuando cualquier artista compone una tela está siguiendo ciertas fórmulas", señala. "Hay construcciones matemáticas, geométricas, ciertas reglas que se siguen en algunos casos de forma intuitiva y en otras de forma explícita. Pero yo, antes que las matemáticas, utilizó la lógica en la creación de los sistemas formales".

Marino reside en Barcelona, donde comparte la creación artística con la docencia universitaria. "Son mundos complementarios", defiende. "La docencia obliga a la investigación y a la interacción con otros artistas". Y todavía sigue ilusionado por recuperar una tercera actividad: la realización de documentales experimentales, en los que cruza las imágenes reales con códigos matemáticos.

Iván Marino, en el espacio donde presenta su obra en Arco.
Iván Marino, en el espacio donde presenta su obra en Arco.G. LEJARCEGI

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