El PSOE tocará la tecla emocional
Zapatero refuerza la dicotomía derecha-izquierda ante el avance del PP
"El precio de la leche y el pan ha tocado techo, pronto empezará el alivio porque la inflación también se detendrá". Con la voz quebrada por una fuerte afonía se escuchó el viernes al vicepresidente económico, Pedro Solbes, quejarse del alto precio de los productos básicos, de los apuros de "algunas familias" y del compromiso del Gobierno de atender a quienes más lo puedan necesitar a corto y medio plazo. ¿Por qué salió Solbes el viernes tras la reunión del Consejo de Ministros si no tenía noticias ni anuncios que ofrecer? Los estrategas electorales del PSOE decidieron que el vicepresidente tenía que salir a dar la cara y romper el discurso según el cual hablar de nubarrones económicos casi suponía una excentricidad ante el mullido colchón del superávit de las cuentas públicas. Pero esas apelaciones a la tranquilidad no han surtido efecto según demuestran todos los estudios de opinión, en los que el temor al desempleo se dispara y desciende la confianza en los socialistas sobre la gestión de la economía.
El PSOE quiere "cortar de raíz" el intento de Rajoy de ganar proximidad
La macroeconomía dará paso a los argumentos de protección social
Urgía y mucho que Solbes dijera a los ciudadanos que su mundo y el del Gobierno no se aferra a la macroeconomía, esa que no tiene cara y ojos definidos. Solbes ha tenido que salir para decir que el Gobierno está al servicio de la gente, de la que puede perder el trabajo. Esos ciudadanos tendrán protección, proclamará machaconamente el Gobierno, tras reconocer que ese flanco no está suficientemente resguardado, dejando resquicio al PP para que se cuele.
En efecto, en el cuartel electoral socialista de Gobelas, que toma este nombre por la calle de las afueras de Madrid donde se encuentra el comité de campaña, se instaló hace una semana la perplejidad, con episodios de nerviosismo, y, definitivamente, preocupación. No es suficiente, aunque no lo desprecian, que todas las encuestas les den como ganadores y que los ciudadanos no aprueben al PP en ninguna materia por encima de los socialistas. ¿Qué ocurre, por qué el aliento del PP no se separa del cogote del PSOE, ya sea con la distancia de la encuesta del CIS de punto y medio a favor de los socialistas, o de tres como marca la que hoy publica este periódico? En las últimas horas, el equipo electoral que dirige José Blanco ha hecho recorrido y análisis de la precampaña y la conclusión es que ha habido algunos fallos pero no en los temas de fondo. Por tanto, Blanco y su equipo y, por supuesto, el candidato, José Luis Rodríguez Zapatero, han decidido apostar por las mismas líneas estratégicas que idearon hace un mes, aunque habrá retoques. Se reforzará la dicotomía derecha-izquierda y se volcarán ingentes dosis de emoción y sentimiento en las apelaciones al voto para las candidaturas socialistas. "El mensaje tiene que ganar en contundencia y en intensidad emocional", se lee en un documento de estrategia, todavía muy restringido, ultimado en la noche del viernes, cuya puesta en práctica se apreciará de inmediato.
No se oculta que "los retoques" vienen obligados por la evolución de la intención del voto que ha ido de más a menos en las últimas cuatro semanas. De la tranquilidad ostensible de hace veinte días cuando el PSOE se recreaba en sus ofertas, al agobio de no avanzar. Ahora bien, no se reniega de la campaña inicial basada en promesas. Se defiende la oferta de 400 euros a todas las familias, y toda la panoplia de ayudas sociales a las familias de economías muy débiles. Pero el desconcierto llegó cuando el PP introdujo la inmigración con la propuesta de que los extranjeros firmaran un contrato de integración y la rebaja de la edad penal. "¿Es marcar la agenda decir brutalidades como meter en la cárcel a un niño de 12 años?", se preguntan en el comité electoral. Lo cierto es que el PSOE vio con alarma que los temas que proponía el PP, para bien o para mal o muy mal, provocaban debate social. Y, sobre todo, asumieron con realismo que el PP relegaba los temas con los que ha llenado la legislatura para aferrarse a los problemas domésticos de las familias. Además, observan con preocupación que Rajoy se presenta como un político muy moderado. "Tenemos la tarea ineludible de cortar de raíz y con toda contundencia el intento de Rajoy de ganar proximidad con un discurso de corte populista. Rajoy tiene acuñada la imagen de un politico alejado de los ciudadanos y no podemos permitir que corrija esa imagen", dice el último documento de estrategia.
Aún así, el PSOE apuesta sobre todas las cosas por Zapatero en la confianza de que en la comparación con Rajoy ganará.
ZAPATERO
"La derecha es fría con los que no tienen de todo, que son a quienes representamos" - "No me callo ante la homofobia, ante los que impiden que la gente se ame libremente"
RAJOY
"Yo estoy con los artistas que tienen que hacer mucho arte para poder llegar a fin de mes" - "No puede cambiar la realidad quien cree que la realidad es inmejorable"
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