La Fura dels Baus toma rehenes
La compañía crea un espectáculo sobre el asalto terrorista al teatro de Moscú
Es imposible imaginar la pesadilla que vivieron los centenares de personas que en octubre de 2002 se convirtieron en rehenes de un grupo de terroristas del señor de la guerra checheno Shamil Basáyev en el teatro Dubrovka de Moscú. Fue una tragedia televisada. Un atroz episodio que los televisores trasladaron a los salones del mundo entero con una sobrecogedora pátina de irrealidad. Lo que entonces simplemente no parecía posible que estuviese pasando, será el punto de partida para un nuevo espectáculo del grupo teatral La Fura dels Baus.
El uso de armas de fogueo provocó la visita de los 'mossos d'esquadra'
El público verá a los terroristas colocar explosivos en el teatro
Y, como siempre, prometen polémica. La idea declarada es acercarse a aquel trágico asalto, que se saldó con la muerte de 170 personas tras la feroz irrupción de las fuerzas especiales rusas para liberar a los retenidos. Un dramático suceso, que inspira la nueva producción de la Fura Boris Godunov, una adaptación de la obra de Alexander Pushkin cuya representación se ve alterada por la entrada violenta de un grupo de hombres armados que secuestran a los espectadores.
El montaje se estrenará el 6 de marzo en Molina de Segura (Murcia) y se trata de una coproducción junto con el Centro Dramático Nacional, la productora Elsinor y la propia compañía, que presentó el proyecto ayer en Barcelona. Álex Ollé, uno de los seis directores artísticos de La Fura dels Baus, es impulsor del espectáculo. El horror que, dice, sintió a raíz de la noticia del asalto y su terrible desenlace, le empujó a crear un montaje sobre el terrorismo para acercar el teatro a la contemporaneidad "como hace el cine continuamente".
Antes de seguir, quizá convenga recordar esa "contemporaneidad" de la que habla Ollé. El asalto al teatro de Moscú causó la muerte de 90 rehenes, muchos de ellos asfixiados por el gas empleado por los rescatadores. Fueron abatidos 42 terroristas, 18 de ellos mujeres y la mayoría de un tiro en la sien.
Para dar forma a esta idea, Ollé acudió al dramaturgo catalán David Plana. Él es el autor de la versión tuneada, como dicen ellos, del texto de Pushkin, fruto de un trabajo de condensación, con un lenguaje actualizado y salpicada de fragmentos de discursos políticos pronunciados por figuras como las de Bush y el Che, entre otros. A su vez, Plana firma junto a Ollé la dramaturgia y la dirección escénica del espectáculo.
Pese al claro punto de partida de la obra, Ollé aclara que la historia está descontextualizada. No hay referencias a ningún grupo terrorista en concreto, ni se ubica en un país determinado. En este caso, se exige al gobierno del lugar donde se representa la función que retiren las tropas desplazadas al país de los terroristas. Un gabinete de crisis, que entra en escena a través de proyecciones videográficas, analiza las peticiones de los asaltantes, mientras una mediadora trata de resolver el conflicto de la manera menos traumática posible. La platea se incorpora a la escenografía en busca de la máxima proximidad entre actores y espectadores.
"El público no interviene de una forma directa", precisa Ollé. Sin embargo, aunque sea de un modo "más reflexivo que activo", los espectadores, afirma, sentirán la claustrofobia y el vértigo de saberse a merced de un grupo de personas armadas de kalashnikov (de fogueo, pero réplicas exactas de armas auténticas).
De nuevo con la ayuda del vídeo, el público les verá colocar explosivos en las dependencias del teatro, y sufrirá su hostigamiento y sus discusiones. La obra refleja también las discrepancias de puntos de vista entre los secuestradores, que responden a distintos arquetipos conocidos de terrorista: el violento, el dialogante, el que lo daría todo por defender sus ideas y el que ve cómo sus principios se resquebrajan en una situación límite.
Tras su estreno, en castellano, en Molina de Segura, la pieza realizará una breve gira por Cataluña antes de su presentación en catalán en el Teatre Nacional, donde podrá verse, como una de las producciones estrella de la temporada, hasta el 11 de mayo. Luego, en una amplia gira, recalará en Cádiz, Italia, Alemania, Holanda, Gijón y Logroño, y abrirá la nueva temporada del Teatro María Guerrero de Madrid, donde se representará del 18 al 30 de septiembre.
Boris Godunov empezó a gestarse hace un año y en las últimas semanas se ha estado ensayando en el Teatro Municipal La Sala de Rubí (Barcelona). Parte del edificio es acristalado y comunica directamente con la calle. Así que más de un vecino, desprevenido, se ha llevado un susto de muerte al ver circular por el teatro a individuos armados y camuflados bajo pasamontañas. El resultado han sido dos visitas de los Mossos d'Esquadra, la policía autonómica, cuya presencia ha sido requerida en el teatro para aclarar qué demonios estaba ocurriendo en su interior. Todo suma como publicidad extra para un montaje que antes de su estreno ya tiene un centenar de funciones comprometidas para este año.
Desde La Fura dels Baus están convencidos de que en 2009 la demanda será parecida. En cualquier caso, de momento no han llegado peticiones desde Rusia interesándose por el espectáculo. "Pero lo podrían ver perfectamente. La obra no toma partido ni critica a ningún gobierno. Aunque, por descontado, nuestra premisa es de absoluto rechazo hacia el terrorismo", aclara Álex Ollé.
Habituado a la adaptación de textos clásicos, como el Fausto de Goethe o La metamorfosis de Kafka, el director reconoce que el hecho de trabajar con un material basado en acontecimientos reales le produce "pánico". En cualquier caso afirma que el espectáculo "evita la polémica". Pero también es consciente de que "siempre habrá gente que estará en contra o que no le gustará nuestro trabajo". Si molesta, añade, "será porque alguien habrá visto en el montaje no lo que nosotros hemos puesto en él sino lo que ha querido ver".
David Plana apunta al respecto que el hecho de hablar sobre un tema tan delicado como el terrorismo "hace que todo el mundo tenga una idea preconcebida y acuda a ver el espectáculo con sus propios prejuicios".
Babelia
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