Galicia retorna al Gran Teatro
Los actos de la Xunta en Cuba comienzan en la vieja sede del Centro Gallego
Hasta el 1 de enero de 1959, el Gran Teatro de La Habana pertenecía al Centro Gallego de la capital cubana. Pero las autoridades revolucionarias incautaron el edificio de la Plaza José Martí, que pasó a propiedad estatal. Aún hoy, en las altas instancias del régimen no gusta oír hablar del Centro Gallego, sociedad identificada con la reacción. 49 años, un mes y doce días más tarde, el Gobierno autónomo de Galicia inauguró, en la galería Orígenes que el ahora llamado Teatro García Lorca alberga en su fachada principal, la muestra Mapas creativos. Novos nomes da arte galega. Fue el primer capítulo de las actividades de la nutrida delegación gallega que este año protagoniza la Feria Internacional del Libro de la ciudad caribeña.
Las altas instancias cubanas identifican el Centro Gallego con la reacción
La exposición recoge obras de la última generación de artistas gallegos
Los visitantes que se acerquen a estos Mapas creativos, comisariados por el crítico Xosé Manuel Lens, podrá observar el trabajo de ocho nombres de la ultimísima generación de artistas gallegos. Andrea Costas, Manuel Eirís, Sara Fuentes Cid, Santi Jiménez, Rita Rodríguez, Mauro Trastoy, Edu Valiña y Mar Vicente exponen su versión de la modernidad artística occidental en una de las arterias de La Habana Vieja.
"El pueblo cubano se encuentra a la expectativa de esta muestra", asegura Haydée Lis Pérez, directora de la galería. Destaca "la rigurosidad excepcional" del montaje y detecta "fuertes conexiones" con lo que el arte produce en Cuba, aunque no las desgrana. De momento, los cubanos parecen preferir a su Ballet Nacional, que estos días comienza sus representaciones de El lago de los cisnes en el mismo García Lorca, y para el que cientos de personas guardaban cola a tres metros de la puerta de Mapas creativos, ajenos a las palabras de la conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo. La titular de Cultura aprovechó para defender los actos de La Habana y recordar veladamente los recientes deslices de Núñez Feijoo en México: "El coste de la expedición es el coste de traer la cultura gallega a Cuba. Otros viajan a América por otros motivos".
Durante la tarde del martes, sin embargo, el arte gallego se resarció y demostró su poder de convocatoria en la apertura de Outra xeografía. Arte desde Galicia, abarrotada de gallegos, cubanos y gallego-cubanos. Instalada en la Casa de las Cariátides, casi al comienzo del "asiento más largo del mundo" -así llaman algunos al malecón de La Habana-, la exposición traza un recorrido por los últimos 40 años de la escultura y la pintura del noroeste peninsular. El responsable de la selección, el director del Centro Galego de Arte Contemporánea Manuel Olveira, habló de la relación entre los trabajos allí colocados y "la realidad político social" de Galicia, del tardofranquismo a la actualidad. El viceministro de Cultura de Cuba, Rafael Bernal, se ciñó a los tópicos: lazos comunes, relaciones antiguas entre los países, emigración...
Pero lo cierto es que, no se sabe si avisados por los mojitos que se sirvieron al acabar o por devoción hacia las bellas artes, hubo asistencia, y bien amplia, al acto de las Cariátides. La respuesta ante obras tan heterogéneas y diferentes entre sí como las de Alberto Datas, Berta Cáccamo, Paco Pestana, Xavier Toubes, María Ruído o Vari Caramés difería. Mientras un joven cubano disertaba con un respetable anciano sobre la evolución en la pintura de Leopolodo Nóvoa, a propósito de una tela de 1972, el punk afroamericano Gonzalo, fan a partes iguales de Eskorbuto y Black Flag, confesaba que sólo le interesaba la escultura "y no la parte gráfica". Otro oriundo de La Habana, ya jubilado y en busca infructuosa de artistas que le autografiasen el catálogo, había interiorizado la retórica institucional: "Es muy buena esta muestra que trajeron, permite estrechar lazos entre el Caribe y Europa, y ayuda a construir la paz".
En este primer martes de representantes de la cultura gallega en las calles de La Habana, además de constatar el limitado interés de los escritores en la contemporaneidad plástica gallega, casi todos ausentes en la inauguración de las Cariátides, el diario del Partido Comunista de Cuba Granma dedicó dos columnas a la Real Filharmonía de Galicia. También la televisión dedicó uno de sus escasos programas en directo, Mesa redonda, al careo explicativo de Ánxela Bugallo, Xosé Neira Vilas, Ramón Villares y Elias Torres.
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