Barcelona deberá separar la basura orgánica a partir de 2009

Gris para los desechos y marrón para la basura orgánica serán los colores de los contenedores que se colocarán en las calles de Barcelona -además de los de recogida selectiva- a partir de mediados de 2009, cuando se aplicará la nueva contrata de limpieza, que se prolongará hasta 2017. La recogida de la basura orgánica, que actualmente existe en el 34% de la ciudad, se extenderá a todos los barrios con un total de 5.400 contenedores de color marrón. Ésta es una de las principales novedades de la nueva contrata, que ha servido para que, de forma excepcional, los grupos de la oposición de Convergència i Unió (CiU) y Esquerra Republicana (ERC) se sumaran al acuerdo, formando una suerte de cuatripartito en lo tocante a la limpieza y al cuidado del espacio público.

Los contenedores tendrán a partir de ahora dos aberturas diferentes

El Partido Popular, que ha participado activamente en las conversaciones, se ha salido del consenso final y, de momento, mantiene una "abstención positiva", actitud que parece más ligada a la coyuntura electoral que al asunto de la limpieza. Los cuatro presidentes de grupo comparecieron al alimón para presentar la contrata.

Antes, toda la corporación municipal asistió al convento de las Clarisas, en el monasterio de Pedralbes, como es costumbre en la festividad de Santa Eulàlia, copatrona de Barcelona.

La contrata de limpieza del consistorio es una de las más importantes por el impacto que tiene y por el importe: 2.022 millones de euros para los ocho años de vigencia. Supone un esfuerzo económico que ha sido fundamental para lograr el apoyo de nacionalistas y republicanos.

La obligación de separar los residuos orgánicos del resto de los desechos vendrá precedida de una campaña de sensibilización de la población, para que se acostumbre y para que lo haga bien. Habrá información, pero también inspectores.

Además se incrementará la recogida selectiva de papel, plástico y vidrio, lo que supondrá en la calle un aumento del número de contenedores, que pasarán de los 2.600 actuales a 3.750. Todos los contenedores estarán juntos y se diferenciarán por el color de la tapa: verde para el vidrio, azul para el papel, amarillo para los envases, marrón para los residuos orgánicos y gris para los desechos. Los contenedores, aseguró Imma Mayol, segunda teniente de alcalde de Medio Ambiente, serán accesibles: "Tendrán dos entradas, una superior y otra inferior para que puedan ser utilizados por todo tipo de personas". La precisión no es baladí, ya que los contenedores actuales resultan insuperables para muchas personas de edad avanzada.

El servicio de limpieza también se incrementará (pasará de cinco a seis veces por semana) y se introducirán unas brigadas de acción inmediata -una por distrito- para situaciones excepcionales, como pueden ser manifestaciones o, algo más simple, un colchón tirado en la calle. Por primera vez, el mantenimiento de papeleras y la limpieza de las zonas verdes viarias se incluye. Y otro de los objetivos marcados es lograr que el 100% del baldeo de las calles se haga con agua de la capa freática.