¡Viva Rusia!
Qué momento inolvidable aquel 24 de junio de 1941 en que el cuñadísimo, Ramón Serrano Suñer, salió al balcón para arengar a los camaradas falangistas al grito de "¡Rusia es culpable!" y enardecer a las masas allí congregadas a sus pies. Desde luego, Rusia era para el régimen culpable de casi todo pero en particular convenía exacerbar la culpabilidad rusa cuando Hitler acababa de iniciar la invasión de aquel país y aquí se acariciaba la idea de enviar en ayuda del invasor a nuestra División Azul de voluntarios y de obligatorios, como después se ha sabido mejor. De gentes todavía traspasadas por los ideales del anticomunismo más primario y de otros que buscaban borrar con su alistamiento anteriores veleidades izquierdistas y quedar alineados de modo indudable en el bando de los vencedores.
Rusia ha advertido a la UE sobre el peligroso precedente de reconocer la independencia de Kosovo
Kapuscinsky cuenta en su libro El Imperio cómo en Rusia ha habido de todo menos democracia y libertad. Ningún entusiasmo podemos destilar tampoco hacia el presidente Putin y sus métodos. Pero, en vísperas de la proclamación unilateral de independencia de Kosovo, prevista para el próximo 17 de febrero, conviene atender en detalle a los impecables argumentos de Moscú y gritar por una vez a pleno pulmón ¡Viva Rusia! En efecto, explica Tony Barber, del Financial Times, que Rusia ha advertido a la UE de que sentaría un peligroso precedente en el ámbito de la legalidad internacional y erosionaría la autoridad de Naciones Unidas si reconociera la independencia de Kosovo y enviara una misión de seguridad a la provincia independizada de Serbia. El embajador ruso ante la UE, Vladimir Chizhov, insistió en que ese proceder sería visto como un precedente por demasiada gente en todo el mundo.
Según el impecable punto de vista ruso, la resolución 1244 del Consejo de Seguridad, aprobada en 1999 cuando la guerra, situaba la provincia bajo la jurisdicción de Naciones Unidas y autorizaba la presencia de fuerzas de la OTAN en Kosovo. Pero esa resolución en absoluto aporta bases legales para que la UE envíe una misión de seguridad que reemplace el despliegue de la Alianza y sustituya la supervisión de la ONU por la de Bruselas. El plan de relevo es el que está pendiente de los últimos retoques que han de ser sometidos a los ministros de Asuntos Exteriores para que le den luz verde cuando se reúnan el próximo lunes, día 18. Moscú, que llevará el caso al Consejo Rusia-OTAN, ha resaltado su gravedad porque si se consumara la pretensión de Kosovo, sería la primera vez que un territorio se proclama independiente contra la voluntad del Estado de procedencia alterando las fronteras acordadas en la Conferencia de Helsinki. Conviene anotar también que todo este proceso tuvo su punto de ignición provocado por un grupo terrorista empeñado en ese propósito y mediante un referéndum ilegal y grotesco que promovió su brazo político albano-kosovar. ¿Nos suena algo?
Se comprende la dificultad para el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de alinearse con Rusia después de lo que aquí se ha recordado de Serrano Suñer y de saber que el máximo valedor de la independencia de Kosovo son los Estados Unidos del presidente Bush. Pero esta cuestión es relevante y debería haber sido debatida con independencia de las probabilidades de que los demás socios de la UE se salieran con la nuestra. Consta que al menos siete de los 27 Estados miembros de la UE se han manifestado en contra de proceder al reconocimiento inmediato de la independencia de Kosovo y parece que Suecia y Chipre rechazan hacerlo de manera incondicional. Y nosotros, ¿dónde estamos? En algún sitio se ha publicado que la pretensión del Gobierno español se limitaba a que el banderazo de la independencia se produjera después de la fecha del 9 de marzo para que las urnas no lo resintieran. Recuerda The Economist que el mejor lema para los Balcanes ha sido siempre el de "espera lo inesperado" pero aquí tendríamos todo el derecho a esperar más claridad en la toma de posición respecto de Kosovo.
Mientras, en Múnich se han debatido estos días al máximo nivel asuntos de seguridad y defensa y otra vez Rusia ha hecho oír su voz a propósito de la carrera de armamentos que se considera autorizada a reemprender. El momento preelectoral en Moscú incita a esas arrogancias, que rinden mucho en la campaña sobre todo entre las capas más desfavorecidas de la población, siempre propensa a "ir por rutas imperiales". Pero tal vez la UE debiera decir una palabra sobre los compromisos de Polonia y Chequia con el escudo antimisiles de Bush. Cuando el despliegue de los misiles americanos Pershing y Cruising, que no afectaba a España, el presidente González se pronunció a favor. Tal vez ahora, al presidente Zapatero le correspondiera sobre Kosovo tomar posición.
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